Joaquín Guzmán Loera durante su traslado a Estados Unidos.
La Oficina de Inmigración y Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) dedicó varios años a investigar a presuntos aliados del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, por supuestos vínculos y millonarios pagos de cárteles de drogas. Aunque la pesquisa no se tradujo en una investigación formal sobre AMLO, la información recopilada sugería posibles conexiones entre altos funcionarios y asesores mexicanos con poderosos operativos de cárteles, según registros y fuentes cercanas al asunto.
A pesar de desentrañar información que apuntaba a posibles lazos entre operativos poderosos de cárteles y colaboradores mexicanos cercanos al presidente, no se abrió una investigación formal sobre López Obrador. Los funcionarios estadounidenses involucrados decidieron finalmente archivar la investigación, concluyendo que el gobierno estadounidense tenía poco interés en perseguir acusaciones contra el líder de uno de sus principales aliados.
López Obrador, en respuesta a las preguntas de The New York Times, calificó las acusaciones de "completamente falsas". El mandatario afirmó que la noticia de la investigación no afectaría la relación entre México y Estados Unidos, pero expresó la expectativa de una respuesta del gobierno estadounidense.
La pesquisa reveló posibles vínculos entre los colaboradores de AMLO y operativos de cárteles, pero no encontró conexiones directas entre el presidente y organizaciones criminales. El gobierno de EUA. declinó hacer comentarios sobre el tema.
Las fuentes indican que la información fue obtenida de informantes, cuyos relatos pueden ser difíciles de verificar y a veces resultan incorrectos. Los funcionarios estadounidenses recopilaron la información mientras investigaban las actividades de cárteles de drogas, y no está claro cuánto de lo que dijeron los informantes fue confirmado de manera independiente.
Las investigaciones sugirieron, por ejemplo, que uno de los confidentes cercanos a López Obrador se reunió con Ismael Zambada García, alto líder del cártel de Sinaloa, antes de las elecciones presidenciales de 2018. Otro informante afirmó que después de la elección, un fundador del violento cártel Zetas pagó 4 millones de dólares a dos aliados de López Obrador con la esperanza de ser liberado de prisión.
Elementos de Estados Unidos también rastreó un pago a allegados de Obrador el cual se realizó cerca de las fechas en las que el presidente visitó a la madre de Joaquín Guzmán Loera en Sinaloa.
A pesar de que la investigación sobre los aliados de López Obrador ya no está activa, la revelación de que funcionarios de EUA. examinaban silenciosamente acusaciones de corrupción podría ser perjudicial. El informe se suma a las tensiones actuales entre ambos países sobre temas cruciales como la migración y el tráfico de drogas.