Tysa Paulina. (SAÚL RODRÍGUEZ)
En la escuela solía robarse los gises. En el salón, las manos se le cubrían de tizas de distintos colores y por eso un maestro le puso su apodo: Tysa Paulina es una artista visual mexicana, quien actualmente visita Torreón para llevar a cabo su proyecto ‘Meteoro’, el cual consiste en intervenir una de las esculturas de dinosaurios del Puerto Noas, en el cerro del mismo nombre.
Entre andamios y botes de pintura en aerosol, la artista originaria de Ciudad de México se toma un descanso. Su camino en el arte comenzó a los 15 años, cuando el grafiti cruzó en su vida. Plasmó entonces en paredes su rebeldía juvenil, pero también su necesidad creativa. Accionó válvulas, vio fluir la pintura, se manchó las manos y la ropa, y libró las dificultades de ser mujer en una escena dominada por los hombres.
“A partir de ahí ya no paré. No me considero grafitera, me considero más bien una artista visual, pero mis primeros 15 años de carrera fueron pintando muros. El grafiti para mí ha sido un estilo de vida”.
Su formación ha sido totalmente autodidacta, forjada fuera de los muros de la academia. Pintar en las calles le permitió conocer su barrio, luego los barrios vecinos, luego la ciudad. También fue el pretexto para salir a pintar a otras regiones del país, de norte a sur. Recuerda que a los 16 años visitó Torreón por vez primera. Hoy a diversificado su creación en otras técnicas, incluso en el arte del tatuaje.
“Soy una artista que se dio sus propios métodos de aprendizaje y con eso me di mis tablas yo sola, para seguir entendiendo las herramientas de poder”.
PASO POR EL DESIERTO
El desierto le inspira, le gusta estar en medio de este ecosistema y agradecer que se vive. Siente que es un medio que vulnera a cualquiera, pero que también le recuerda a quien lo habita el hecho de que está vivo. Aquí se suda, se emplean todos los recursos disponibles para prestar atención. Tysa Paulina considera que los artistas norteños están dispuestos a todo.
“Torreón, por el calor, por la comida, por el entorno… tiene un nivel de dificultad ser un creativo aquí, porque hay que concentrarse, hay que encontrar las horas para crear”.
En el cerro de las Noas, a invitación del Teleférico Torreón y Puerto Noas, Tysa Paulina fondeó de blanco la escultura de un dinosaurio. Luego acudió a sus aerosoles y comenzó a pintar en todos cálidos. Encima colocó algunos personajes, también hay estrellas. En ‘Meteoro’, todo forma parte de un discurso donde la artista realiza un homenaje al desierto.
“Para la paleta de colores, que es como que muy fosforescente, me inspiré en los relatos de gente que se ha perdido en el desierto y narran como ‘había seres de colores que los guiaban’. Específicamente, los que han sobrevivido al desierto, describen seres luminosos que se les aparecieron y los acompañaron, incluso como guiándolos a salir de ahí”.
Además, la paleta de colores también referencia cómo se percibe el calor en una visión térmica, donde los colores val del amarillo, pasando por el naranja hacia el rojo, con acentos azules en los lugares de menor temperatura.
“Cuando hace más calor, es más intenso el tono, y siento que por estar en el desierto, este ser (el dinosaurio), sí o sí está caliente. Siento que es un modo de vida de la gente de La Laguna, del norte del país; aprenden a sobrevivir a estos calores y para mí como chilanga es bonito tratar de entrar a ese ‘mood’. Incluso, estando pintando aquí, me síento así, como el dinosaurio".
La pieza está pensada para los niños que visitan el sitio, ya que representan a las futuras generaciones y son quienes realmente disfrutan de las esculturas de los dinosaurios.
“Pensé en los niños-estrella, en esta metáfora bonita donde los dinosaurios y nosotros compartimos eso, que somos polvo de estrella. Todo eso de que una misma estrella los destruyó y dio paso a esta nueva era. Siento que compartimos esa unión, que somos polvo de estrella y traté de hacerlo de una manera muy amable para los niños. Mi intención es que vengan aquí y se identifiquen con su niño-estrella favorito”.
Tysa Paulina comenzó a trabajar en el proyecto desde el inicio de esta semana. Diariamente dedica cerca de ocho horas a pintar. Generalmente toma la noche para protegerse del calor, aunque también ha tenido que emplear la luz del día. Sortear el clima, las tolvaneras y el Sol, agrega un nivel más de dificultad a la tarea.
El cuello del dinosaurio todavía se mantiene en blanco, Tysa indica que quizá lo pintará de azul para referenciar el cielo. Al terminar los trabajos, se aplicarán dos capas de sellador para proteger la pintura.
“Este proyecto me genera salir de mi zona de confort, totalmente. Me genera el reto de pensar las cosas tridimensionales y me genera mucha emoción poder dejar un poquito de mí para la banda de La Laguna”.
La artista se coloca su máscara, toma un aerosol y se dirige al dinosaurio ahora bautizado como ‘Meteoro’. Sortea los andamios entre el calor de abril. Agita el aerosol, es momento de volver a apretar la válvula. “Shhh”, se escucha la pintura al salir del envase, al impregnarse en la superficie de la escultura. Arriba, las góndolas rojas del teleférico transitan por los aires.