Junto a Fernando Parrando, Roberto Canessa logró salir del glaciar de los Andes, donde el avión en el que viajaban se había estrellado dos meses antes (el 13 de octubre de 1972). De los 45 tripulantes uruguayos que viajaban en el Farichild 571, tan solo sobrevivían 16, pero sus condiciones eran críticas y la montaña no se tentaba el corazón (incluso tuvieron que recurrir a los cuerpos de los muertos para alimentarse). No había tiempo para dudar. Alguien tenía que hacer algo, salir a buscar ayuda más allá de la cordillera.
Junto a Fernando Parrado, Roberto Canessa logró salir del glaciar de los Andes, donde el avión en el que viajaban se había estrellado dos meses antes (el 13 de octubre de 1972). De los 45 tripulantes uruguayos que viajaban en el Farichild 571, tan solo sobrevivían 16, pero sus condiciones eran críticas y la montaña no se tentaba el corazón (incluso tuvieron que recurrir a los cuerpos de los muertos para alimentarse). No había tiempo para dudar. Alguien tenía que hacer algo, salir a buscar ayuda más allá de la cordillera.
Durante 10 días, Roberto y Fernando atravesaron cumbres y precipicios, sortearon las rocas y la nieve, el viento helado que rasgaba las vestiduras y las noches que congelaban hasta el alma. De pronto, el camino se fue haciendo menos blanco, vieron ríos, flora, fauna, y el oxígeno entraba con mayor facilidad a sus lastimados pulmones; habían bajado de la montaña.
El 20 de diciembre de 1972 ocurrió el milagro. Roberto y Fernando vieron a un arriero al otro lado del río. Fueron rescatados. Después de tanto tiempo pudieron alimentarse debidamente y dormir bajo un techo, en un lugar llamado Los Maitenes, al que Canessa compara con el paraíso. Cuando llegaron los carabineros y los policías, los dos uruguayos indicaron en un mapa dónde se encontraba el resto de la tripulación sobreviviente. Un helicóptero llevó a Fernando hacia las cumbres andinas en busca de sus compañeros. Los vieron emocionados levantando las manos alrededor del fuselaje. La pesadilla había concluido.
Se trata de una de las historias más extraordinarias de supervivencia: un equipo uruguayo de rugby que volaba a Santiago de Chile para un juego, sufrió un accidente aéreo en la cordillera de Los Andes. Los sobrevivientes permanecieron dos meses en la nieve y cuando todo el mundo pensó que todos habían muerto, Roberto y Fernando aparecieron para reavivar la llama de la esperanza.
Y es precisamente Roberto Canessa, hoy convertido en un prestigiado cardiólogo pediatra a nivel internacional, quien narra el acontecimiento en su libro Tenía que sobrevivir (2016), el cual publicó en coautoría con el escritor Pablo Vierci, autor de novelas como El fin de la inocencia (2018) o La sociedad de la nieve (2008).
Tenía que sobrevivir, se encuentra dividido en dos partes. En la primera, Canessa relata cómo fue el accidente, lo que vivieron en la montaña y también muestra testimonio sobre cómo sus familiares enfrentaron su ausencia.
En la segunda, comparte anécdotas que ha vivido en su carrera como médico. Canessa realiza una analogía entre aquello que enfrentó en los Andes y su profesión, donde tiene que salvar las vidas de bebés y niños que han nacido con alguna malformación en el corazón. Si hay ramas de la medicina que se dedican a estirar la vida de los ancianos, él se dedica a las raíces de aquellos que apenas empiezan.
“Desde que escapamos de la cordillera de los Andes, el 22 de diciembre de 1972, después de estar más de dos meses perdidos, vivo formulándome una sucesión de preguntas que cambian con el tiempo. La primera de todas es: ¿Qué hacemos cuando todas las posibilidades parecen estar en contra?”.
El doctor Roberto Canessa visita Torreón este miércoles 10 de abril, donde impartirá la conferencia titulada Sobreviví a los Andes, a las 18:00 y 20:00 horas en el Teatro Nazas. Los boletos se encuentran disponibles en la plataforma NewTicket.
El libro Tenía que sobrevivir se conjuga con la película La sociedad de la nieve (2023), dirigida por Juan Antonio Bayona, basada en el libro homónimo de Pablo Vierci, producida por Netflix, ganadora de 12 premios Goya y nominada al Oscar de 2024 como Mejor Película Internacional y Mejor Maquillaje y Peluquería.