Cuando fingía estar enamorado creaba hermosos poemas. Un día se enamoró de veras, y entonces empezó a producir únicamente versos cursis y ramplones.
Hay quienes dicen que la poesía es una hermosa mentira a través de la cual el poeta dice la verdad. El que al escribir dice la verdad podrá ser reportero de periódico, pero no es poeta. Para serlo es necesario mentir. Mentir hermosamente, pero mentir al fin y al cabo. Cuando Góngora habló de una mujer "que hacer podría / blanca la Etiopía con dos manos, / tórrida la Noruega con dos soles", o algo así, mentía, mentía enormemente. Mentir es oficio de poeta.
A lo mejor en el fondo la verdad mata al arte. La pintura, si se hace verdad, se vuelve fotografía.
Pobre hombre este que digo. Se enamoró de veras. Ahora es versificador. Ya no es poeta.