“Soy hipertensa, pero se me hace que ya tengo diabetes de tanto coraje que hago aquí” dijo una derechohabiente del Hospital del IMSS en Matamoros, quienes afirman que batallan mucho para recibir la atención.
“Soy hipertensa, pero se me hace que ya tengo diabetes de tanto coraje que hago aquí” dijo una derechohabiente del Hospital del IMSS en Matamoros, quienes afirman que batallan mucho para recibir la atención.
Ayer se observó un numeroso grupo de personas que acudieron a consulta en la tarde y algunos de ellos tendrían que esperar para ver si alcanzaban lugar, si no tendrían que anotarse en una lista de espera.
Platicaron que, aunque su cita es en el turno vespertino tienen que llegar al menos a las seis de la mañana para hacer fila y ya cuando llega el personal se van anotando y alrededor de la una y media de la tarde, tienen que regresar para ir pasando al consultorio y es cuando se sabe si pueden atenderlos y si no hay que regresar al siguiente día a batallar otra vez o debe esperarse el sábado que es menos gente la que asiste y hay más probabilidad de que reciba el servicio
“Aunque uno venga a consulta en la tarde hay que madrugar para que le den un lugar y si no encuentra, pues se espera hasta el sábado, pero tienes que llegar a los cinco o seis de la mañana, aunque hay gente que llega más temprano y luego te anotas y a esta hora (medio día) te regresas y te esperas para ver si alcanzas lugar y si no regresas al otro día y otra vez a batallar con lo mismo”.
Una de las señoras explicó que la semana pasada acudió para acompañar a su hijo y ya no alcanzó consulta y le preguntaron que si lo anotaban en la lista de espera para el día siguiente, pero él prefirió que lo agendaran para el sábado, ya que le significaba pedir nuevamente permiso para faltar en su trabajo y le descontarían otra vez de su sueldo.
En su caso, manifestó que, padece hipertensión y mensualmente acude a sus chequeos, por lo que su visita al doctor ya está agendada en “automático”, pero hay ocasiones en las que no cuentan con medicamento, por eso cuando puede prefiere acudir a un consultorio particular. Si les piden exámenes de laboratorio, deben regresar otro día, ya que la orden la deben firmar la directora del hospital, luego sacar la cita, por lo que para no perder más tiempo prefieren hacercelos “por fuera”.
“No, no aquí es mucho batallar, por eso a veces la gente prefiere irse por fuera con un médico, busca uno donde esté más barata la medicina, porque si se gasta mucho, haga de cuenta que está prohibido enfermarse”.
Las señoras dijeron que cuando se registró la pandemia fue cuando se restringió el acceso, por lo que se “amontonaban” y permanecían muchas horas de pie, además de aguantar el “solazo”, pero reconocieron que luego colocaron una malla sombra y facilitan sillas, aunque a veces no son suficientes.
“Aquí nos la pasábamos paradas y en el solazo y luego nos traían como pelota, de aquí a allá, porque antes llegábamos a las seis de la mañana y tres de la mañana a hacer la fila y entre nosotros hacíamos fichas y nos la repartíamos, antes ahora ya nos dan un cuaderno para apuntarnos, pero no ayuda mucha, porque todavía tenemos que esperarnos a ver si alcanzamos, porque el doctor se está hasta las ocho de la noche y el se va”
Agregaron que son seis consultorios y todos con una gran demanda de atención, pero como es muchos pacientes y reiteraron que batallan mucho por las múltiples deficiencias que tiene la clínica. “Pareciera que les venimos a pedir limosna”.
Se les preguntó que si tenían conocimiento de que estaba en proceso de construcción de un hospital en Matamoros y respondieron que sí, pero mencionaron que también saben que será para derechohabientes del régimen del Bienestar, por lo que ayudará a descargar la demanda, pero también les han dicho que los del regimen regular seguirán recibiendo la atención en el hospital 83, por lo que consideraron que deben mejorar la atención.