EDITORIAL

Coahuila: 200 años de la Gran Estrella Solitaria

ENRIQUE SADA SANDOVAL

Como hecho fundamental de nuestra historia, este año celebramos el Bicentenario de la instauración del Federalismo en México bajo régimen republicano; algo que no fue celebrado por el Titular del Poder Ejecutivo Federal ni referenciado siquiera en sus homilías mañaneras.

También Coahuila celebra 200 años como Estado Libre y Soberano de la Federación, hecho que en contraparte si fue debidamente solemnizado por el Gobernador Manolo Jiménez Salinas, quien llevó a cabo una celebración extensiva y generosa invitando al vecino Estado de Texas de la Unión Americana, partiendo del hecho de que ambos formaron una sola Provincia al tiempo de nuestra gloriosa Independencia en 1821 y fueron una misma Entidad Federativa tras la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el año de 1824.

No obstante, la historia de nuestra Estado antecede a estos primeros siglos como parte de la otrora Provincia de la Nueva Vizcaya (Durango) con jurisdicción indígena con la Nueva Galicia, gracias a los esfuerzos fundacionales y beatíficos del franciscano Fray Juan Larios junto con evangelizadores de otras nobles Órdenes religiosas como los jesuitas, y el trabajo secular de españoles, mestizos e indígenas de la nación tlaxcalteca como en el caso del célebre Conquistador y pacificador por excelencia que fue el Capitán Francisco de Urdiñola.

Integrada posteriormente al sistema virreinal de las Provincias Internas, tocará a sus habitantes luchar por subsistir lo mismo entre manantiales y arboledas que entre estepas y enormes desiertos hasta que el heroico Teniente Nicolás del Moral dará el grito de Independencia en 1821 al proclamar el Plan de Iguala del Libertador Agustín de Iturbide, siendo este acogido por los coahuilenses que pusieron en fuga al Comandante Joaquín Arredondo, quien ya no pudo oponerse por más tiempo a este noble grito de Libertad.

A lo largo del siglo XIX, tras la adopción del Federalismo cuya experiencia no nos era tan ajena-tomando en cuenta la Monarquía federada con que gobernaron los Habsburgo españoles-y el tesón porque se estableciera este sistema por encima de un régimen centralista como el Borbón, por parte del célebre Miguel Ramos Arizpe, tocó a nuestro Estado hacer frente a los retos y complejidades de una Patria independiente con hombres de la talla de Melchor Múzquiz como gran ejemplo de probidad presidencial, pasando por la amarga pérdida de Texas y las muchas guerras civiles en que Coahuila aportó a la Nación hombres, caudales, territorio y sangre para que esta pudiera sostenerse como un todo hasta el estallido de la Revolución Mexicana.

Siendo nuestra Entidad la única que ha padecido reducción de su territorio tras la separación texana en 1835, hoy Coahuila se ostenta ante la Federación como la Gran Estrella Solitaria del septentrión hispano; mutilada en su extensión por cuestiones históricas diversas, pero nunca en su espíritu heroico y de resistencia.

En este mismo tenor, el Maestro Jaime Montenegro Sena desde Saltillo y un servidor desde la Comarca Lagunera hemos tenido a bien hacer propuesta para un pabellón o bandera oficial de nuestro glorioso Estado, misma que estaría conformada simbólica y reglamentariamente de la siguiente manera: sobre el campo tradicional de nuestra enseña Patria ostentaría en el flanco blanco una estrella dorada de seis puntas, centrada en relieve, entre una corona de laureles verde olivo, atada en su remate por un listón guinda.

Cada punta de la estrella representará a uno de nuestros próceres: Urdiñola, Del Moral, Múzquiz, Ramos Arizpe, Madero y Carranza. La corona de laureles simbolizaría el heroísmo de nuestras gestas nacionales mientras el listón rojo que la sostiene representa nuestras luchas regionales.

Lo anterior no solo haría justicia a nuestro Estado que posee Escudo oficial pero carece de enseña propia; también sentará un ejemplo de Unión y Lealtad a nivel nacional ante antecedentes secesionistas del pasado-como el intento de "República del Río Grande"-y del presente, como la separatista bandera de la "República de Yucatán" que vuelve a ondear entre el fragor de las campañas políticas este año.

Escrito en: editoriales columnas Estado, nuestra, hecho, Coahuila

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