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Vida militar

JORGE VOLPI

"Canta, oh Musa, la cólera del pélida Aquiles". La ficción nace, en Occidente, a partir del abuso que un superior comete contra su subordinado en el contexto de la guerra de Troya. La ira del célebre comandante aqueo, que provoca su retirada de la contienda, deriva de la decisión de Agamenón de arrebatarle a Criseida, la mujer que -otra constante de la historia: la violación de las mujeres- este ha tomado como botín de guerra. Desde los remotos tiempos de la Ilíada, la vida militar ha estado marcada por el abuso sistemático que se produce en una estructura diseñada para ejercer arbitrariamente el poder.

En Heroico (2023), la película de David Zonana, la lógica del amo y el esclavo, para usar la frase de Hegel, vuelve a quedar en evidencia. Luis, un joven indígena, entra en el Ejército por las mismas razones que casi todos sus compañeros: más que el patriótico anhelo de defender a la patria -o su actual encarnación: combatir al crimen organizado-, tener mejores opciones de futuro y sufragar, gracias a la seguridad social reservada a los militares, a su madre enferma. Desde entonces, quedará sometido a un superior que se encapricha con él y lo mismo le confiere ciertos privilegios que lo integra a una cadena de encubrimiento y corrupción.

Conforme pasan los meses, el joven recluta -como el resto de los potros de su promoción- será maltratado, escarnecido y humillado como un paso imprescindible para que él a su vez sea capaz de insultar, sobajar y abusar de quienes queden bajo su mando o, peor aún, de cualquiera que sea señalado por sus jefes. Siempre lo hemos sabido: el Ejército es una maquinaria construida para forjar seres dispuestos a cumplir cualquier orden sin jamás atreverse a cuestionarla. Y no solo eso: a eliminar toda capacidad crítica o autocrítica y a plegarse a una jerarquía inamovible y patriarcal en la que no existe mayor falta que la disidencia.

Luis no tardará en aprender que convertirse en soldado, y más de un cuerpo de élite, equivale no solo a perder la libertad, sino la individualidad. A partir de ese momento, no será sino un engranaje al servicio de intereses borrosos y lejanos dictados por políticos sin escrúpulos. Una de las virtudes de Heroico consiste en mostrar la perversión que significa que, en aras de buscar el ascenso social, sean siempre los más desfavorecidos quienes deban entregarle sus almas y sus cuerpos a un Estado que les arrebatará lo mejor de ellos y los convertirá sin remedio en carne de cañón.

Con una sobria puesta en escena en la que solo sobran los pasajes alucinatorios un tanto burdos que no añaden nada a este feroz cuadro de explotación, Zonana no deja dudas sobre la obscena inequidad que significa que un país como el nuestro sacrifique generaciones enteras de jóvenes y los reduzca a ser piezas intercambiables solo para que los sectores privilegiados se sientan más seguros. Como ha dicho Santiago Sandoval, el exmilitar que encarna a Luis y no ha dejado de recibir amenazas, resulta difícil imaginar que una corporación dominada por la violencia sirva para combatirla. A estas alturas lo hemos comprobado con creces: la desaforada intervención militar desde tiempos de Calderón, continuada por Peña Nieto y exacerbada por López Obrador, ha sido la responsable de multiplicar homicidios, desapariciones y violaciones a derechos humanos desde 2006.

Las atrocidades que narra Heroico las hemos visto muchas otra veces, de Sin novedad en el frente (1929), de Remarque, a Full Metal Jacket (1987), de Kubrick, así como en todos aquellos retratos sinceros de la vida militar, pero resulta particularmente necesaria en una época en la que AMLO ha querido entregarle al Ejército no solo el control de la seguridad pública, sino el de un sinfín de áreas del Estado, de los puertos, aeropuertos y aduanas a la construcción y administración de infraestructuras. Si así lo ha decidido, ha sido justo por su eficacia y su lealtad, basadas, como demuestra la película, en la sumisión, el abuso y la falta de capacidad crítica. Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez no deberían dejar de ver este preciso antídoto contra la insensata militarización que vivimos hoy por culpa de quienes las apoyan.

@jvolpi

ÁTICO

Al evidenciar las atrocidades y abusos que marcan al Ejército, el filme "Heroico" es hoy particularmente necesario.

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