Este 3 de agosto las familias mineras, como la de Martha María Huerta, sienten que la herida vuelve a abrirse.
Este jueves se cumple el primer año de la inundación de la mina El Pinabete, donde 10 mineros perecieron ahogados al inundarse el túnel en el que trabajaban extrayendo carbón mineral. Igual que en el caso del desastre de la explosión de la mina Pasta de Conchos, el 19 de febrero de 2006, los restos mortales de los trabajadores no han sido recuperados.
El historiador Ramiro Flores Morales, investigador de los desastres en esta industria negra, señala que de 130 percances documentados desde 1889, sólo en El Pinabete y en Pasta de Conchos los cuerpos de los mineros continúan en las minas siniestradas.
Del primer accidente ocurrido a finales del siglo 19 hasta el del 3 de agosto de 2022, se contabilizan más de 130 explosiones, derrumbes e inundaciones en los que han fallecido, según número oficiales mil 500 muertes.
FRACASOS REPETITIVOS
Para el historiador, la politización de ambas tragedias provocó que los intentos por rescatar los cuerpos de los fallecidos sean fracasos repetitivos. "Si hubieran contratado a una empresa local para hacer los tajos, en tres meses habría resultados. Porque estas empresas así trabajan, necesitan llaga a la beta en tres meses porque no pueden estar inyectando dinero en excavar y sólo extraer material estéril" indicó.
Agregó, por otro lado, que la economía en esta industria está prácticamente muerta, porque Altos Hornos de México, principal consumidor de carbón mineral coquizable está paralizado, y, por otro lado, el carbón térmico para las plantas generadoras de energía no es comprado porque el gobierno federal canceló el contrato a Minera Carboeléctrica Río Escondido, que era la proveedora del carburante sólido a Comisión Federal de Electricidad.
"Sí. Se vende algo de carbón a Monterrey porque se utiliza en la elaboración de concretos, pero es muy poco lo que se envía" dijo.
Agregó que espera que se reactive de la demanda de la hulla, como se le llama al carbón mineral, para que la economía de la Región Carboníferas se reactive, pero advirtió que cuando esto ocurra, las minas continuarán cobrando su comisión en vidas a los extractores del carburante de debajo de la tierra.