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El dinero y el regreso a clases son dos preocupaciones que indican que las vacaciones de verano terminaron para los niños, pero sobre todo para los padres de familia, quienes deben enfrentar esta realidad.
Y aunque la inflación anual a julio de 2023 fue de 4.79%, por lo tanto, menor a la de julio del año pasado (8.15%), lo cierto es que para el ciclo escolar 2023-2024 se prevé un incremento del 30% en los gastos por regreso a clases, de acuerdo con la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (Anpec), lo que afectará las finanzas de las familias mexicanas.
La lista de útiles escolares aumentó y los alumnos tendrán que comprar uniformes, tanto deportivo como formal, tenis, zapatos, libros, mochila, dispositivos electrónicos y otros, además de pagar las cuotas o aportaciones voluntarias. Asimismo, se estima que los padres de familia destinarán entre 2 mil 100 y 3 mil 500 pesos por estudiante para surtir la lista de útiles, revela la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo.
Ante este panorama económico, la plataforma Paynom subraya que en esta época del año los trabajadores suelen recurrir al adelanto de nómina para enfrentar los gastos que demanda el regreso a clases y evitar el endeudamiento.
El adelanto de nómina es un beneficio que las empresas otorgan a sus trabajadores para que obtengan un porcentaje de su salario antes de que llegue su periodo de pago, que puede ser quincenal o mensual. La propuesta de valor de Paynom es ofrecer sin costo a las empresas una plataforma a la que sus colaboradores pueden acceder en minutos, desde su celular o computadora, para solicitar a partir de 200 pesos y solo pagar una comisión proporcional a la cantidad que piden.
En Paynom han detectado que el 70% de los usuarios necesita el adelanto de nómina para realizar transferencias electrónicas, liquidar deudas que están por vencer, emergencias médicas, comprar medicamentos o comida, mientras que un 30% lo usa para pagar servicios como agua o luz, incluso para comprar tiempo aire.
Cabe mencionar que en México solo el 68% de las personas tiene acceso a algún servicio financiero y 49% tiene una cuenta bancaria, porcentajes que prácticamente no se han movido desde 2015, según la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF) 2021.