Sobre el Ejército Trigarante su resultado más importante es la construcción de una entidad política independiente.
La entrada triunfante del Ejército Trigarante a la Ciudad de México el 27 de septiembre de 1821 condujo a la construcción de una entidad política independiente bajo el nombre del Imperio Mexicano, una nación libre que se extendía desde lo que es el actual sur de los Estados Unidos hasta Centroamérica.
Como parte del 202 Aniversario, El Siglo de Torreón entrevistó al doctor en Historia, Rodrigo Moreno Gutiérrez, experto de la UNAM en las Independencias Iberoamericanas, sobre la conformación, batallas, sus líderes y los avances del Ejército Trigarante para alcanzar la Independencia nacional.
Sus bases, describe, fueron el ejército virreinal que se había ido desarrollando a lo largo de los 10 años de guerra independentista, conformado sobre todo por fuerzas milicianas no profesionales de muy diversa especie al que se incorporaron insurgentes y reclutas de nueva índole.
Moreno Gutiérrez refiere que la corporación se constituyó en brazo armado del proyecto político independentista que se configuró a partir del Plan de Independencia, el llamado Plan de Iguala, dado a conocer en febrero de 1821.
Es con ese documento como toma forma y va creciendo con el paso de los meses tanto en cantidad como en posibilidades de acción política y de control territorial, propagando el proyecto independentista en las distintas provincias de la Nueva España.
ARMAMENTO Y COMPOSICIÓN
El académico señala que tanto las fuerzas del Ejército Trigarante como las virreinales tenían armamento disímil ya que por un lado unos estaban integrados por las fuerzas veteranas o de línea y las milicias provinciales. Estos dos grandes rubros armados se componían principalmente de personas nacidas en la Nueva España, aunque buena parte de la alta oficialía era de españoles europeos o peninsulares nacidos en España.
En la entrevista apunta que si bien las fuerzas de línea estaban un poco mejor pertrechadas, su armamento ya presentaba desgaste por los 10 años de guerra; sumado a que algunos tampoco tenían una paga regular.
En el caso de los insurgentes, como por ejemplo los que lideraba Vicente Guerrero en el sur del actual México, en general tenían armamento insuficiente, prácticamente no contaban con ningún uniforme y sus condiciones de abasto eran problemáticas.
CAMPAÑA
Plantea que el movimiento independentista del 21 nace de manera más o menos simultánea en tres puntos o núcleos: primero el original del sur de México, que hoy entenderíamos como parte del estado de Guerrero y ese que estaba comandado precisamente por Iturbide al que se adhiere el líder insurgente ese es el punto original el núcleo original en el que se da a conocer el proyecto independentista; un segundo núcleo estuvo en la actual frontera entre los estados de Puebla y de Veracruz en coincidencia con el proyecto de Iturbide y un tercer punto que a la larga será fundamental en el Bajío.
A partir de esos tres grupos característicos es el del sur de México que comienza a crecer hasta conjugarse con las fuerzas activadas en el Bajío hacia una estrategia como de envolvimiento de la capital, de la Ciudad de México.
Moreno Gutiérrez señala que se ha difundido que la fase de Independencia en 1821 fue más un proceso diplomático y político que complementó la estrategia militar con juras independentistas en Ayuntamientos y pueblos hasta el objetivo final de la toma de la Ciudad de México, pero para él es importante entenderlo también a partir de las armas.
"No son batallas verdaderamente gigantescas ni tan sanguinarias como las de la primera etapa de la Insurgencia, pero sí hay por lo menos unos 15 enfrentamientos sensibles y sobre todo hay una estrategia de sitio a ciertas ciudades señaladamente Valladolid en Michoacán, o sea hoy Morelia, que se constituye como una especie de modelo de cómo podría actuar el ejército de las Tres Garantías para asediar una ciudad sin en realidad ejercer violencia sino solo a partir de la de la insinuación y de la amenaza".
EJÉRCITO TRIGARANTE EN EL NORTE DE MÉXICO
Plantea que los dos combates más importantes en el "norte" de México fueron la toma de Zacatecas y la de Durango; ya que otros lugares como Saltillo o Monterrey habían declarado su alianza político-militar entre los ayuntamientos y la causa.
Señala que la toma de Durango es muy importante porque las provincias internas estaban divididas en jurisdicciones militares, las cuales estaban controladas por dos personajes de un lado García Conde y del otro lado Joaquín de Arredondo. Siendo García Conde quien se pertrecha en Durango junto con el arzobispo, que era también una figura política importante, el marqués de Castañiza.
Moreno Gutiérrez enfatiza que los gobiernos locales marcaron la pauta en el norte y el sur, ya que la dinámica ocurre también en Chiapas, Yucatán, Guatemala y Honduras donde deciden aceptarse adherirse al Imperio Mexicano y no a través de las armas, como sucede en Durango o Zacatecas, sino por decisión de los sectores civiles que se habían organizado en ayuntamientos constitucionales desde 1820.
LOS COMANDANTES DEL EJÉRCITO TRIGARANTE
El historiador pone primero a Agustín de Iturbide quien al iniciar la campaña aceptó el título de Primer Jefe del Ejército de las Tres Garantías. Siendo él quien comenzó a diseñar una estructura militar que fue creciendo conforme se ganaron los territorios, quedando al frente de esa estructura milicianos y militares de importancia regional.
De la rama rebelde, describe que Vicente Guerrero tiene un papel relevante particularmente en el sur donde se desarrolla "sobre todo por el reconocimiento que las distintas fuerzas insurgentes le profesaban… su papel sería estratégico para mantener el control y la relativa neutralidad de las fuerzas insurgentes".
Al dividirlo por las regiones donde operaron las fuerzas trigarantes, señala a Pedro Celestino Negrete, cercano a Iturbide, quien intervino en la región de la Nueva Galicia, hoy Jalisco y luego ocupó la provincia de Zacatecas; Luis Quintanar, que si bien se sumó tarde al movimiento, dado su lugar en la escala militar de la Nueva España también terminó siendo importante.
E incluye a Pedro Ascencio de Alquisiras, "poco recordado en los relatos patrióticos", señala; pero que fue un indígena insurgente que reconocía a Guerrero como como su jefe inmediato, aunque tenía suficiente autonomía y control en las regiones que actualmente colindan entre los estados de Guerrero el Estado de México y Morelos siendo ahí donde desarrolla un papel militar relevante hasta perder la vida. Siendo uno de los militares importantes que ya no ve el triunfo independentista.
ÚLTIMOS MESES DEL VIRREINATO
Moreno Gutiérrez destaca que durante la guerra surge una cúpula militar que nunca termina por aceptar el independentismo.
Describe que el virrey legítimo Juan Ruiz de Apodaca que comenzó la resistencia en 1821 fue depuesto por un golpe militar por su propia cúpula en julio de ese año, a partir de reclamos de que no estaba logrando conducir bien la guerra contra Iturbide y en su lugar asciende otro militar de nombre de Francisco Novella que trata "sin ningún éxito de ofrecer resistencia desde la Ciudad de México".
JUAN O'DONOJÚ
Con las Cortes de Cádiz se elimina la figura del virrey, surgiendo la del jefe político superior, cargo con el que Juan O'Donojú un militar de trayectoria célebre y de perfil liberal llega a la Nueva España a finales de julio de 1821, cuando acaba de suceder el golpe contra Apodaca.
Moreno Gutiérrez apunta que esto rompe la legitimidad del ejercicio del gobierno golpista "porque ni siquiera es un virrey legítimo (Francisco Novella) el que en ese momento está en la Nueva España y le llega la noticia de que acaba de llegar el que en realidad sí fue nombrado por las Cortes de Madrid y por el rey Fernando VII".
O'Donojú sería interceptado por Agustín de Iturbide en Córdoba cuando va llegando de Veracruz, para que no entre a la Ciudad de México y en su lugar pacte con él la Independencia.
"O'Donojú entiende que es irreversible por el control territorial, que en ese momento ya tenía la Trigarancia, entonces esto termina por deslegitimar por completo a la resistencia de la Ciudad de México".
El historiador señala que de no ser por la llegada de O'Donojú y la pérdida de legitimidad, "es muy probable que hubiera habido una toma muy violenta de la Ciudad de México porque las tropas que estaban ahí al mando de Novella no iban a dejar las armas".
EL ENCUENTRO EN CÓRDOBA
"Fue una circunstancia totalmente condicionada por el mismo avance del movimiento Trigarante", enfatiza Moreno Gutiérrez. Ya que para agosto de 1821 muchas provincias e incluso las grandes ciudades están bajo control del movimiento trigarante, que ha desarrollado incluso una estructura política a partir de esas adhesiones.
Relata que O'Donojú llega prácticamente sin tropa y con su corte, por lo que no tiene manera alguna de afrontar resistencia a Iturbide y por otro lado, él salió de España muy al tanto de las discusiones que en Cortes estaban desarrollando con respecto a posibles proyectos de la construcción de una monarquía "federal",
Se buscaba crear una especie de "mancomunidad hispánica", y según el historiador, estos proyectos se presentaron en 1821, por lo que O'Donojú imaginaba de algún modo que el plan que le ofrecía Iturbide y que tendría que ser ratificado en aquella entrevista de Córdoba era más o menos compatible con estos proyectos en España.
"Es decir era un plan que a final de cuentas reconocía a la figura del rey Fernando VII, que le ofrecía el trono del Imperio Mexicano, entonces no era ofensivo contra la figura del rey y tampoco era ofensivo contra la Constitución, porque era un proyecto que avalaba la generación de una propia en las Cortes Mexicanas".
El hecho de ratificar en Córdoba "más o menos" el proyecto independentista de Iguala, deja ver que había muy poco margen de maniobra por las propias condiciones político-militares del movimiento en ese momento, señala.
CUMPLEAÑOS DE ITURBIDE Y LA ENTRADA DEL EJÉRCITO TRIGARANTE
Reconoce de entrada que el futuro emperador mexicano, Agustín de Iturbide, cumplía 38 años el 27 de septiembre, el día cuando se da el ingreso de las tropas trigarantes a la Ciudad y aclara que si bien podría haberse dado antes o después de esa fecha lo que sucedió fue un acto simbólico.
"Una parte sustancial de ese Ejército de las Tres Garantías, más o menos 16 mil elementos, es un mundo de gente para entonces y para ahora, es más o menos la cantidad de efectivos que desfilan actualmente en el actual realizado cada 16 de septiembre del año".
Destaca que las proporciones demográficas también han cambiado, ya en ese momento la Nueva España tenía unos 6 millones de habitantes y la capital unos 120 - 130,000 habitantes, "entonces nunca se había visto tal cantidad de gente armada desfilar por la Ciudad de México".
RESULTADOS
Sobre el Ejército Trigarante expresa que su resultado más inmediato e importante es la construcción de una entidad política independiente bajo el nombre del Imperio Mexicano.
"En septiembre simbólicamente se construye una nueva entidad que rompe, que ya no es dependiendo de la monarquía española, que se llama Imperio Mexicano y cuya territorialidad se sigue configurando a lo largo de los años; es decir, no está cerrada esa territorial no la tendríamos que imaginar tal cual como lo que es México hoy porque se siguen añadiendo entidades particularmente en el sur y en Centroamérica", afirma.
Añade que también es el principio de una estructura político territorial, siendo a partir de los pies con los que caminó el independentismo de 1821, el político y el militar, compuesto el primero por los ayuntamientos y las diputaciones provinciales que se sumaron a la causa y segundo por los comandantes que se construye el Imperio Mexicano.
Descarta que con la independencia surja unión en el país, "se revela la fragilidad del pacto que había supuesto el independentismo…en el tipo de derechos, en el tipo de representación, las características del nuevo gobierno había muchas diferencias. Había sectores abiertamente conservadores, había otros mucho más liberales e incluso desde luego republicanos que ya están imaginado que la figura de Iturbide es problemática, no se diga el ofrecimiento a Fernando VII o a cualquier monarca europeo".