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El caso de una mujer en Welpeup, Australia, ha sido catalogado como un acto de heroísmo luego de que la mujer envenenara a su pareja con galletas de limón, después de que el hombre quien era 25 años mayor que ella la golpeara y controlara emocionalmente durante años.
De acuerdo con The Mirror, Rebecca Payne, de 43 años, enfrenta cadena perpetua luego de haber sido declarada culpable de asesinar a su esposo Noel Payne, de 68 años, y conservar su cadáver en un congelador en un pequeño pueblo al noroeste de Victoria, Australia.
Sin embargo, tras ser detenida, abogados y vecinos de la mujer han pedido a las autoridades piedad por la mujer debido a los "actos indescriptibles de violencia familiar" que vivió.
Vecinos de la mujer quien fue apodada el "Monstruo de las Galletas", han defendido a Rebecca ante la Corte Suprema de Victoria catalogándola como una heroína después de vivir durante 14 años violencia doméstica.
"Vivió durante 14 años en el infierno con un monstruo. Los niños la necesitan. La comunidad la necesita. Todos la necesitamos", dijo su hijo Jamie al Herald Sun.
"Solo espero que sean fáciles con ella y sean indulgentes con lo que ha pasado", agregó.
Los hechos ocurrieron en 2020 cuando, su expareja Noel ingirió dos galletas con sabor a limón que Rebecca había mezclado con temazepam (pastillas para dormir). Sin embargo, dijo ante el jurado que su intención no era asesinarlo sino ponerlo a dormir.
Tras percatarse que el cuerpo de su pareja ya no presentaba signos vitales procedió a envolver si cuerpo en una manta y lo guardó en un arcón congelador en el jardín trasero de su casa.
Pese a que las autoridades catalogan a la mujer como culpable, cientos de personas han salido en su defensa.
"Bec es una muy buena persona y realmente no se merecía todo lo que le pasó en la vida", dijo la vecina Rhonda McGee a ABC Australia.
Mientras que otra mujer quien declaró a través de una carta leída por el tribunal, describió cómo Noel la obligó a tener relaciones sexuales sin consentimiento, controló su dinero y "la golpeó en la cara" mientras vivía con la familia, además de obligar a Payne a tatuarse su nombre en más de una ocasión.
La mujer, cuya identidad fue protegida, dijo que su vida era "mejor" ahora que él estaba muerto luego de que el hombre la trajera a su casa para mantener relaciones sexuales con ella.
Por su parte, el abogado Edney condenó ante los tribunales las acciones que habría provocado Noel a su cliente y pidió un trato justo para Rebecca.
"Noel Payne, el difunto, creó en esta ciudad de Walpeup, en el oeste de Victoria, un universo moral pervertido e inquietante, donde trató a las mujeres de esa casa como meros objetos y bienes muebles para su propio placer", dijo.