A la fecha no se han recuperado los cuerpos de los 10 mineros de El Pinabete ni los 63 que perecieron en la mina Pasta de Conchos.
La Federación debe mantener la vigilancia y supervisión permanente que es necesaria en la industria de la minería de la región Carbonífera de Coahuila, sostuvo la diputada federal Cristina Amezcua González.
La región carbonífera ha destacado no sólo por la producción de carbón mineral o hulla, sino por la gran cantidad de accidentes mortales que cada año se registran en estas empresas.
Amezcua González manifestó que es necesario mantener una supervisión constante y permanente, que elimine o reduzca al mínimo la posibilidad de accidentes.
Los siniestros en las minas son principalmente por derrumbes o "caídos", inundaciones y explosiones por los gases que se generan al extraer el carbón.
El pasado día 4 se conmemoró el primer aniversario luctuoso de la muerte de 10 trabajadores en una mina en el municipio de Sabinas, El Pinabete, donde los mineros perecieron ahogados al inundarse los túneles en donde trabajaban en el subsuelo.
Sus cuerpos continúan sin ser rescatados, explicó la legisladora federal.
Recordó que tampoco han logrado extraer del fondo de la tierra los restos humanos de 63 de los 65 mineros fallecidos el 19 de febrero de 2006 en la mina Pasta de Concho, a escasos kilómetros de El Pinabete.
El 18 de julio pasado, en una mina del ejido El Mezquite, también del municipio de Sabinas, 2 mineros fallecieron al reventarse el cable del malacate que subía la canastilla en la que los trabajadores eran extraídos del túnel vertical de 60 metros de profundidad, al concluir sus labores.
Cristina Amezcua González consideró que estos accidentes no se deben registrar si se realiza una supervisión y verificación del cumplimiento de las normas de seguridad y mantenimiento de los equipos e instalaciones de las minas de carbón.