La tragedia se registró en Villa de Agujita. (Foto: SERGIO A. RODRÍGUEZ / EL SIGLO COAHUILA)
Este jueves 3 se cumple un año de la última tragedia de grandes dimensiones en la industria minera del Carbón en el estado de Coahuila.
Durante la mañana de este día se realizó una misa en el exterior de la mina, donde no se dio acceso a medios de comunicación. Sólo familiares de los mineros fallecidos pudieron ingresar al área para los servicios religiosos.
El gobierno federal a través de un comunicado informó que se ha trabajado para rescate de los restos humanos de los 10 mineros con más de 8 mil 760 horas continuas de trabajo.
El informe señala que se han realizado 709 perforaciones con una longitud acumulada de 39.35 kilómetros para la ejecución de estudios de ubicación de galerías y pantallas impermeables.
En el sitio se encuentran trabajando los siete días de la semana y las 24 horas del día trabajadores de Comisión Federal de Electricidad de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Coordinación Nacional de Protección Civil.
Esto de acuerdo al documento emitido por el secretariado ejecutivo de seguridad, la propia Comisión Nacional de PC y Comisión Federal de Electricidad.
En esta fecha hace un año colapsó la mina, de manejo prácticamente artesanal, un “pocito”, que se inundó por la ausencia de la aplicación de las normas de seguridad para explotación del carburante pétreo.
La tragedia se registró en Villa de Agujita, comunidad minera perteneciente al municipio de Sabinas en la región carbonífera de Coahuila, ubicada en el centro norte de esta entidad del noreste del país.
Los trabajadores perforaron un muro del túnel, a unos 60 metros de profundidad; no sabían que esta pared conectaba a otra mina abandonada e inundada, que en cuestión de segundos llenó las cámaras de El Pinabete y ahogó a los 10 empleados extractores de carbón que ahí se encontraban.
Laura Velázquez Alzúa, coordinadora nacional de Protección Civil explicaría después esta como la probable principal razón por la que podrían haberse inundado las galerías del sitio.
Para el gobernador, Miguel Angel Riquelme Solís, este desastre y la supervisión de las minas para que cumplan las normas de seguridad, es tema federal, en el que el Estado puede apoyar si se les solicita.
El Gobierno Federal se comprometió apoyar a las familias de los mineros muertos en esta tragedia, y las indemnizó además de comprometerse a rescatar los cuerpos de las entrañas de la tierra.
Sin embargo ha pasado un año y no han conseguido esto.
Los niveles del turbio y lodoso líquido se mantienen y suben, pese a los equipos de bombeo que extraen el agua que ya tiñó el arroyo con color rojo óxido por los minerales que expulsan las máquinas de la mina.
Para la diputada federal, Cristina Amezcua, la falta de personal de supervisión por parte de las autoridades federales, como la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, son los factores que permiten a muchas de las minas trabajar ahorrando recursos al no cumplir con las normas de seguridad.
Indicó qué las autoridades competentes deben aplicar los reglamentos y la sanciones para garantizar la integridad física de quienes trabajan en esta industria que cada año sufre accidentes y cobra vidas humanas.
De acuerdo al Gobierno Federal se desarrollaron diversos estudios, entre los que destacan el diseño geotécnico de las obras, diseño de tapones hidráulicos de concreto hidráulicas, seguimiento geohidrológico y diseño de plantillas de voladuras controladas.
De éstas, se han realizado 107, supervisadas por la Secretaría de la Defensa Nacional que resguarda el perímetro de la mina.
Dentro de sus trabajos, según el informe, tirado más de 2 millones 500 mil metros cúbicos de suelo y roca, continuando con los intentos de rescatar los cuerpos.