Se cumplen 197 años del natalicio de Jaime Nunó, compositor del Himno Nacional Mexicano
Sant Joan de les Abadesses fue la comunidad catalana que vio nacer al compositor Jamie Nunó Roca el 8 de septiembre de 1824.
Según el libro biográfico Jaime Nunó: Más allá del Himno Nacional Mexicano, escrito por Cristian Canton Ferrer y Raquel Tovar Abad, Nunó fue un viajero incansable que vivió en España, Italia, Cuba, México y Estados Unidos.
Era marzo de 1853 y Jaime Nunó, de 29 años, conoció a al polémico político mexicano Antonio López de Santa Anna, quien intentaba regresar a México tras exiliarse en Colombia por haber perdido los estados de California, Nuevo México y Texas durante la intervención estadounidense.
Nunó ya tenía una fama respetable por su trabajo con las bandas cubanas. Su reputación llegó a oídos de Santa Anna, quien de inmediato pensó en emplear la música militar para confrontar los ideales liberales que se estaban esparciendo por México y así retomar la presidencia. Santa Anna propuso a Nunó que se trasladara a tierra azteca para fungir como director de todas las bandas militares.
No existe registro de la fecha exacta sobre la llegada del compositor catalán a México, pero se asegura que arribó después de Santa Anna en ese mismo año. Lo que sí está registrada es la aparición de Nunó en un concierto benéfico el 29 de mayo de 1953.
Enseguida el catalán se instaló en casa de su amigo el guitarrista Narcís Bassols, en el número 4 de la calle Zuleta, en Ciudad de México (que actualmente es calle Venustiano Carranza número 26).
Antonio López de Santa Anna tenía un claro favoritismo hacia la figura de Nunó. Primero lo nombró director general de bandas y músicas militares con el grado de capitán adscrito a plana mayor, sin dar oportunidad a otros músicos mexicanos para presentar su candidatura.
El hecho fue criticado por la prensa y por miembros del ejército que veían con malos ojos que un extranjero, del cual nadie había oído hablar antes, se hiciera con un puesto tan importante y bien remunerado.
Las críticas fueron tales que Santa Anna decidió “jubilar” a Nunó el 6 de febrero de 1854 después de tres meses de servicio, otorgándole un sueldo mensual del cual no se tiene cifra. Dos semanas más tarde, el 24 de febrero de 1854, Santa Ana renombró a Nunó en el cargo de director de bandas y músicos militares, pero con menor remuneración.
Otra anécdota fue cuando Santa Anna intentó a toda costa que Jaime Nunó asumiera el cargo de director del nuevo Conservatorio Nacional de Música, Declamación y Baile. Nunó compitió contra otros dos compositores por el puesto, pero en primera instancia el mexicano José Antonio Gómez. La decisión de jurado no gustó a Sana Ana, quien intentó que el veredicto se revirtiera, por lo que en el marco de lo absurdo se dictaminó un empate técnico entre el mexicano y el catalán.
Aunque esta decisión tampoco gustó al presidente, quien ante la situación política inestable en el país, decidió abandonar el proyecto.
Para 1853, Santa Anna decidió autohomenajearse otorgando a México un himno nacional a través de un concurso. En primera estancia se eligieron los versos de Francisco González Bocanegra. Jaime Nunó decidió participar en el concurso de la música, pero decidió hacerlo de forma anónima pues ya se había ganado el odio de muchos músicos en la ciudad.
El 9 de agosto de 1854, el jurado escogió la composición designada con el número 10. El sobre tenía escrito el lema “Dios y libertad” y en su interior las iniciales J. N.
Al día siguiente el Diario Oficial hizo un llamado al incógnito J. N. para que se identificara. Así lo hizo Jaime Nunó, cuya elección, irónicamente, a pesar de todo lo mencionado en este artículo, fue totalmente legítima.
Una entrevista realizada en Estados Unidos, cuando Nunó tenía 76 años, arroja que el posible del estreno del Himno Mexicano fue el 11 de septiembre de 1854. Otros historiadores afirman que fue el 15 de septiembre de ese mismo año. El estreno se habría realizado en el Teatro Santa Anna de Ciudad de México.