Una de cada tres personas desarrollará herpes zóster
Se estima que el 99 por ciento de los adultos de 60 años o más son portadores del virus que causa el herpes zóster, sin embargo, no es posible saber cuándo ni quién se verá afectado.
La también conocida como culebrilla, es una enfermedad causada por la reactivación del Virus Varicela Zóster (VVZ), el mismo virus que causa la varicela. Luego de contraer varicela el virus permanece latente en el sistema nervioso, generalmente, sin causar síntomas hasta la reactivación. Ésta da lugar cuando el virus se traslada por las vías nerviosas hasta la piel.
La razón de su desarrollo no es clara. Mayo Clinic refiere que puede deberse a una menor inmunidad a causa de la vejez, por ello es más común en adultos mayores y en personas con el sistema inmunitario debilitado.
Salud Pública de México estima que en los próximos años, la población adulta de más de 65 años se convertirá en el grupo de mayor crecimiento en México, lo que incrementa la necesidad de comprender su comportamiento y dimensionar su impacto.
No es de riesgo mortal, no obstante puede ser muy dolorosa
De acuerdo con información del sitio de GSK Biopharma Argentina, el dolor ocasionado por esta afección puede ser similar a clavos atravesando la piel, fuego recorriendo los nervios, descargas eléctricas en el cuerpo, una puntada perforante o tener la piel en llamas. Incluso, algunos casos lo han descrito de mayor intensidad que el dolor del trabajo de parto.
No existe cura pero el tratamiento oportuno es óptimo para evitar complicaciones y acortar la infección gracias a la administración de medicamentos para combatir el virus y disminuir el dolor.
¿Cómo se ve?
Mayo Clinic destaca síntomas como el dolor, ardor u hormigueo, sensibilidad al tacto, sarpullido rojizo que aparece días después del color, ampollas llenas de líquido que se abren y forman costras y picazón. Algunas otras personas pueden presentar fatiga, fiebre, dolor de cabeza o sensibilidad a la luz.
Es habitual que se manifieste como una franja de ampollas en el lado izquierdo o derecho del torso. En algunas ocasiones puede aparecer alrededor de un ojo, cuello o cara.
Forma de transmisión
Una persona con herpes zóster puede transmitir el virus de la varicela zóster a otra que no sea inmune a la varicela. Esto a través del contacto directo con las llagas abiertas del sarpullido. Luego de la infección la persona tendrá varicela y posiblemente desarrolle el herpes zóster más adelante.
Puede complicarse en la pérdida de la visión (herpes zóster ocular), problemas neurológicos, infecciones en la piel o neuralgia posherpética.