(CORTESÍA)
La mañana de este jueves, a través de una rueda de prensa virtual organizada por la editorial Penguin Random House, se dio a conocer a la escritora argentina Leticia Martin como la ganadora del I Premio Lumen de Novela, gracias a su texto titulado Vladimir.
Cabe señalar que el galardón consiste en un estímulo económico por 30 mil euros (aproximadamente 566 mil 579 pesos mexicanos) y la publicación de la novela en todo el territorio de habla hispana. En esta primera edición, se recibieron 407 propuestas procedentes de Argentina (33), Colombia (23), Chile (10), España (272), Estados Unidos (18), México (37), Perú (7) y Uruguay (7).
Nacida en la ciudad de Buenos Aires, en 1975, Martin se ha desempañado como narradora, poeta y crítica cultural. Su formación profesional incluye una licenciatura en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de Buenos Aires (UBA) y un posgrado internacional en Gestión Cultural y Políticas de Comunicación por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
Entre su repertorio literario destaca el libro de ensayos Feminismos (2016), las novelas El gusto (2012) y Estrógenos (2015), además del diario de viaje Topadoras oxidadas (2019). También es cofundadora de la editorial Queja Ediciones.
En un enlace realizado desde las ciudades de Madrid (desde donde conectó el jurado conformado por Ángeles González-Sinde, Luna Miguel, Clara Obligado, Lola Larumbe y María Fasce) y Buenos Aires (cuya imagen mostró a la autora premiada), se indicó que la atracción y seducción de un hombre mayor hacia una mujer joven se ha representado en múltiples ocasiones en la literatura. Sin embargo, la cara contraría, donde el impulso de la seducción parte de una mujer mayor hacia un hombre joven, no ha ocupado tantos reflectores.
“Vladimir apuesta por una lectura de Lolita (la novela de Vladimir Nabokov) en clave femenina, en el contexto de un mundo que se apaga. Con gran tensión narrativa y un estilo acerado, Leticia Martin ha escrito una novela polémica sobre los límites del deseo y las relaciones de poder”, dictaminó el jurado.
Retos en narrativa
La novela posee un escenario con tintes de catástrofe, donde Guinea (la protagonista) ve truncada su carrera como profesora en una universidad de Estados Unidos, al descubrirse su relación con un chico mucho menor que ella. Su periplo apunta a Buenos Aires, donde arriba en busca de una nueva vida, pero al llegar al aeropuerto se percata de que un gran apagón ha dejado la ciudad a oscuras.
Para la autora, el tema del abuso debe abordarse en todas las direcciones posibles y no sólo en la tradicional, sin esconderlo o atribuirla a un sólo género.
“Es difícil porque es una lucha y ella no se quiere rendir. La peligrosidad, como en todo, se discute con algo que no está resuelto. Y no es más que eso, es algo bien humano: ‘tengo hambre y no quiero comer’, ‘tengo sed y no quiero tomar’, como esa novela hermosa de Amélie Nothomb (Sed). Es lo instintivo humano: cómo cada uno pueda resolverlo o no”.
Martin no se preocupa demasiado por los aspectos lingüísticos al momento de escribir. Trata de no ser complaciente con el lector. Le parece que debe escribir lo que piensa y debate dentro de sí. La literatura, al final de cuentas, está para eso.
“La ficción está para poder jugar con el lenguaje, hacer pensar. En todo caso, sí, para generar la discusión posterior, pero sin ser tan cuidadosa con el lenguaje. Eso me tiene bastante sin cuidado”.
Ante la pregunta de que sí, además de Lolita de Nabokov, se inspiró en otro personaje para redactar su texto, cita a El lector (1995), novela escrita por el alemán Bernhard Schlink, donde una mujer madura y un chico comienzan a tener una relación clandestina atravesada por la literatura.
“Creo que algo de ahí tomé a la hora de pensar que ellos están desconectados del mundo, sin pantallas, encerrados en un lugar y, a través de la palabra, tenían que tener un contacto. Trabajé con eso y después, bueno, respecto a los personajes, en verdad fui a buscar a los más oscuros de mi propia humanidad: rastros, impulsos, por momentos en mi hijo adolescente, en pensar cómo se dan las respuestas de un adolescente en determinada situación”, cerró la autora.