El Teatro Isauro Martínez registró un lleno la noche de este viernes para el concierto de Christian McBride. (FOTOS: RAMÓN SOTOMAYOR)
Lo primero que hizo el contrabajista y compositor Christian McBride (Filadelfia, 1972) al entrar al Teatro Isauro Martínez (TIM) fue emitir un gesto de sorpresa. Luego sacó su teléfono celular y comenzó a grabar videos de los frescos y relieves realizados por el pintor español Salvador Tarazona. Efectuó la prueba de sonido junto a su banda New Jawn, integrada por el baterista Nasheet Waits, el saxofonista J. D. Allen y el trompetista Josh Evans. Al terminar se dirigió al camerino.
Allí dijo que lo que vio en el TIM fue un testigo de historia. Además reflexionó sobre el jazz: explicó, en exclusiva para El Siglo de Torreón, que hay múltiples definiciones sobre este género, mismo que lo ha traído para entregarse a tierras mexicanas. Apenas una anoche anterior se presentó en Guadalajara y este sábado tomará un vuelo para hacer lo propio en Ciudad de México. Torreón ha formado parte clave de su gira por el país en el ciclo New York Jazz All Stars 2023.
“El jazz verdaderamente se ha convertido en música del mundo entero, se toca en todas partes. Tan solo nosotros estamos aquí en Torreón, en México, pero también hemos estado en el sur de Asia, Europa del Este, Australia, África, pero el punto central para el jazz sigue siendo Nueva York”.
Ganador de ocho premios Grammy y un virtuoso del género, indicó que los premios no lo son todo y que lo más significativo de su carrera ha sido conocer a los músicos que tanto admira y poder aprender de ellos, como lo hizo en su momento con James Brown, el Rey del Soul.
“Para los músicos, el jazz es ese espacio libre de las presiones comerciales o de las expectativas de la música popular. Todo músico que toca jazz lo hace por amor a la música”.
Es ese mismo amor a la música lo que expresa cada que sube a un escenario. Para él, el jazz actualmente tiene un pie en el pasado y otro en el futuro, una dialéctica profunda que caracteriza a la sonoridad del presente y que él mismo ejecuta a través de su instrumento: el contrabajo.
“Siempre he dicho que lo más efectivo del bajo no es cómo se escucha, sino cómo se siente [...] (al tratarse de frecuencias bajas) el bajo y las percusiones son la madre y el padre de toda la música”.
CONCIERTO
El Teatro Isauro Martínez registró un lleno la noche de este viernes. Poco después de las 20:00 horas se registró la tercera llamada. A escenario salió Christian McBride acompañado por los integrantes de New Jawn. Tenía una gran sonrisa en el rostro. Tomó su contrabajo, hizo un estiramiento e inauguró el concierto ante el aplauso del público.
La primera pieza de la noche fue “Head Bedlam”, la cual pertenece a Prime (2023), su más reciente álbum. En ella, los músicos se inspiraron en el comportamiento de la red social Twitter durante la pandemia de covid-19. Al inicio es notable el caos entre los instrumentos, hasta que poco a poco se dirigen hacia un cierto orden.
Durante la noche, McBride dio un paseo por las piezas que componen a Prime, como “Thank You Forgein” o “The Good Life”, y también interpretó ecos de anteriores producciones.
Cabe destacar que el solo interpretado por el baterista Nasheet Waits fue de los más ovacionados, incluso causó que algunos asistentes decidieran aplaudir de pie.
Tras casi hora y media, McBride volvió a presentar a sus músicos, recibió una ovación de pie del público y amagó con retirarse, pero ante la solicitud de La Laguna, volvió al escenario para interpretar una última pieza: “Walkin’ Funny”, la cual pertenece al primer álbum de New Jawn. En ella, McBride hace gala de su estilo en el contrabajo y un sólo plausible, atento a los cambios impredecibles de ritmo.
Este concierto fue el resultado de la sinergia entre el Ayuntamiento de Torreón, DeQuinta Producciones y el Jazz at Lincoln Center.