Pacientes eran grabadas por su ginecólogo
La ética es un aspecto fundamental en el trabajo de los médicos y suele ser uno de los valores que distingue su ardua labor para ayudar a otras personas, ¿pero qué pasa cuando la ética médica se hace a un lado?
El ginecólogo Nikita Levy se vio metido en una escandalosa situación, luego de que fuera denunciado por un empleado del Hospital Johns Hopkins de Baltimore en Meryland, sitio donde laboraba, por supuestamente grabar a sus pacientes con una cámara oculta.
Los hechos ocurrieron durante 2013 y tras ser acusado, Levy fue despedido del centro médico de inmediato, unos días más tarde fue encontrado sin vida.
Las autoridades comenzaron una investigación a fondo sobre el caso del ginecólogo y con el tiempo descubrieron que el doctor utilizaba una cámara con forma de pluma para grabar a sus pacientes en consulta.
Al revisar sus cosas personales también se encontraron cerca de mil 200 videos y unas 140 fotografías en las que sus pacientes eran las protagonistas.
Tras revelarse las pruebas que en efecto ponían a Nikita Levy como responsable de corromper el código de ética de su profesión y violar la privacidad de cientos de mujeres, se desató un escándalo y las afectadas mostraron de inmediato su indignación.
El Hospital Johns Hopkins tuvo que tomar medidas de inmediato para tratar de enmendar la complicada situación, así que indemnizó a ocho mil 500 pacientes afectadas por el doctor Levy, la suma de compensaciones llegó a los 190 millones de dólares.