EDITORIAL

Una vez más todos pierden

José Santiago Healy

Como ha sido costumbre en este gobierno otra negociación de altos vuelos se viene al suelo con el mismo resultado de siempre: todos pierden.

Así sucedió con la cancelación del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México en Texcoco donde quedaron enterrados varios miles de millones de pesos además de varios años perdidos.

Se tomó una decisión autoritaria en donde todos los jugadores salieron perdiendo, en especial el gobierno mexicano y los usuarios del país y del extranjero.

Para colmo la opción del aeropuerto de Santa Lucía ha resultado hasta el momento onerosa e ineficiente, no logró desahogar el tráfico aéreo de la capital azteca ni atraer a los viajeros.

La cervecera Constellation Brands que fue cancelada en marzo del 2020 por una encuesta popular empujada por el partido Morena cuando llevaba un avance del 50 por ciento y varios cientos de millones de dólares invertidos, tampoco ha logrado los resultados esperados.

En Veracruz apenas el año pasado se iniciaron los trabajos para construir la nueva planta en la que se invertirán alrededor de 1,300 millones de dólares, sin embargo los avances son exiguos.

Aquí perdieron los inversionistas, proveedores y trabajadores en Mexicali además de los gobiernos que han dejado de cobrar impuestos por la producción y exportación de cerveza.

La última trastada del régimen morenista se refiere a la caída en la venta de Citibanamex que estuvo a punto de concretarse en los últimos días, sin embargo la intervención del alto mando de Palacio Nacional echó por la borda esta jugosa y benéfica operación de compra-venta.

Germán Larrea, presidente del Grupo México y el segundo hombre más adinerado del país, había ofrecido más de 7 mil millones de dólares por el legendario Banamex, considerado actualmente el número cuatro en su valor detrás de BBVA Bancomer, Banorte y Santander.

En el camino y producto de viejas rencillas entre el presidente López Obrador y el Grupo México, se presionó a Larrea para que entregara tres tamos de Ferrosur concesionados a su empresa y que según el gobierno son considerados de seguridad nacional.

El magnate del cobre reviró exigiendo una indemnización de 9,500 millones de pesos por esos tres tramos que son partes del Corredor Interoceánico y que en algún momento serán ligados al sistema del tren Maya.

La respuesta de Larrea que fue expresada en torno a la visita que realizó al presidente López Obrador la semana pasada para analizar la compra de Banamex, sacó de balance a la máxima autoridad y por ello ordenó la expropiación de las vías férreas con la intervención de las fuerzas armadas quienes desde el viernes pasado manejan su operación.

El mismo viernes por la tarde Germán Larrea comunicó a sus allegados que desistiría de la adquisición de Citibanamex bajo el argumento de que no invertirá más de 7 mil millones de dólares para que en un futuro le sea expropiado el banco.

López Obrador no esperaba la decisión de Larrea, pero ufano dijo que el gobierno mexicano podría adquirir Citibanamex con la participación de otros inversionistas privados, pero que la mayoría quedaría en manos del estado.

El primer mandatario se frotaba las manos pero no porque deseara convertir a Banamex en un banco moderno, productivo y líder a nivel nacional, sino porque seguramente pensaba colocar ahí a los allegados suyos y de sus familiares de tal manera que por muchos años podrían controlar indirectamente la operación del gigante financiero.

Todas las ilusiones se vinieron abajo cuando el pasado miércoles Citibanamex anunció desde su sede en Nueva York que la institución no será vendida sino hasta el 2025, una vez que concluya el gobierno de AMLO y que por ahora se dedicarán a recuperar el valor perdido en los años recientes.

Como expresara el columnista financiero Darío Célis en esta fallida operación perdió el gobierno porque dejará de recaudar unos 2 mil millones de dólares de impuestos; pierde Larrea porque no adquirirá un banco líder; pierden los clientes que esperaban la reconversión de Banamex; y pierde Citibank a quien se le escapó una jugosa venta.

Además pierden la economía mexicana al no recibir una inyección de recursos y México porque su imagen a nivel internacional se deteriora una vez más por la errada intervención del gobierno en asuntos de particulares.

En suma, todos pierden como se dice en la popular pirinola.

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Escrito en: millones, gobierno, todos, dólares

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