(RENÉ ARELLANO)
Ni un río Bravo, ni un cerco de púas, ni un muro de contenedores metálicos impiden que migrantes de diversas nacionalidades continúen cruzando de México hacia los Estados Unidos, en el caso de la frontera entre Piedras Negras-Eagle Pass; en un lapso de una hora 47 personas migrantes cruzaron el afluente por distintos puntos.
Entre las 20:00 y 21:00 horas del jueves, aprovechando la ausencia de unidades y elementos de corporación de seguridad federal, estatal, municipal o del Instituto Nacional de Migración en la orilla del río Bravo; al menos tres grupos de migrantes se internaron en las aguas del río Bravo y llegaron a la orilla en Eagle Pass.
Los cruces se realizaron por el Paseo del Río, los grupos provenían del centro de la ciudad y se dirigían directamente al citado espacio turístico; al llegar a la orilla del río se detenían brevemente, solo para quitarse el calzado y alguna otra prenda, guardarla y luego ingresaron para cruzarlo caminando.
Un grupo era conformado por 33 personas, entre hombres, mujeres e infantes, quienes, al llegar al lado americano, comenzaron a caminar hacia el Puente Internacional número II, al encontrarse con el cerco de alambres de púas, llegando inclusive hasta más allá del puente ferroviario; mientras se escuchaba en altavoces, la advertencia de las autoridades norteamericanas para no cruzar.
Mientras esto ocurría, un grupo de 13 migrantes era deportado a México por autoridades de los Estados Unidos en la parte superior del Puente Internacional número II, los cuales ingresaron a Piedras Negras, por el área peatonal de la citada infraestructura internacional.
Posteriormente, metros más delante del Puente Ferroviario, otro grupo conformado por seis personas migrantes, ingresaron al río Bravo y cruzaron caminando a isleta que se encuentra en la parte media del afluente, para luego reanudar el ingreso a las aguas y finalmente, llegar a la orilla en Eagle Pass.
Minutos después, otro grupo de ocho migrantes que ingresaron por la calle Guerrero, bajaron las escalinatas y llegaron directamente a la orilla del río Bravo, pasando por las nomenclaturas en las que se advierte el riesgo de ingresar a las aguas e inclusive de la presencia de cocodrilos; con la misma dinámica de retirarse el calzado y luego cruzar.
Durante estos cruces de migrantes, de Piedras Negras a Eagle Pass, la constante fue la ausencia de autoridades de los tres niveles de gobierno y del INM; pese a que se había dado a conocer con anterioridad que se daría continuidad a la vigilancia del río Bravo, como medida de disuasión para evitar los cruces.