EDITORIAL

Las conexiones que nos mantienen vigentes: día Mundial de la biodiversidad

Manuel Valencia Castro

En recuerdo de mi estimado amigo el Dr. Jesús José Quiñones Vera. Amante de la naturaleza y experto en el manejo de recursos naturales

El 4 de febrero de 2011 ocurrió una helada negra en toda la Comarca Lagunera, temperaturas de menos 10 y menos 13 grados centígrados se presentaron en la zona urbana y en la zona rural respectivamente. El primer impacto de este fenómeno meteorológico se observó en las plantas y aun de manera más significativa en los árboles de ornato. La gran mayoría de los árboles de las plazas y parques públicos y de jardines privados fueron afectados severamente y muchos de ellos murieron. Ante tal deforestación climática, algunos grupos de personas se preocuparon no sólo por la falta de árboles, les asaltó también la duda de qué pasaría con el oxígeno que producían los árboles y si esto podría afectar su salud. los preocupados habitantes acudieron a una institución pública local encargada de la ecología y el medio ambiente, ahí un buen amigo les explicó que nada pasaría que la biodiversidad del desierto y la de los bosques riparios presentes en nuestros dos ríos generaba la mayor cantidad de oxígeno que respiramos, luego, cuando ya se despedían, el Ingeniero los exhortó a que repusieran sus árboles afectados por especies resistentes a las heladas y de bajo consumo hídrico y que extendieran el mensaje a otras personas incluyendo las instancias públicas de parques y jardines.

Lo dicho antes, puede parecer anecdótico y hasta inocente, pero no es así, se debe destacar la elevada consciencia de las personas que identificaron la conexión que tenemos con los árboles y con toda la vegetación, porque efectivamente el oxígeno del aire es uno de los servicios ambientales más importantes de la biodiversidad. Una consciencia que ahora mismo necesitamos con urgencia para detener la catástrofe biológica que aparece ya en el umbral de las desgracias: la extinción masiva de especies.

El día de ayer 22 de mayo se conmemoró el día mundial de la biodiversidad, como suele pasar en estos casos no hay mucho que celebrar, no obstante, nos da la oportunidad de examinar la crisis actual de la naturaleza y agradecer el privilegio de contar con importantes ecosistemas con estatus de conservación como el Parque Estatal Cañón de Fernández, la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Cañón de Jimulco y La Reserva de la Biosfera de Mapimí. En estas tres áreas Naturales Protegidas, se aplican técnicas de conservación de la diversidad biológica, la cual suele entenderse en términos de la gran variedad de plantas, animales y microorganismos, así como las diferencias genéticas dentro de cada especie y la variedad de ecosistemas como lagos, bosques, pastizales, matorrales y paisajes agrícolas que albergan múltiples tipos de interacciones entre sus miembros. Humanos, plantas y animales.

La diversidad biológica garantiza la estabilidad de la tierra, genera oxígeno, proporcionan agua potable y regulan el clima. Asimismo, los ecosistemas saludables proporcionan servicios vitales como las medicinas naturales, la polinización y el suelo fértil para la producción de alimentos.

La mala noticia es que la naturaleza está decayendo con más prisa y se calcula que un millón de especies animales y vegetales están en peligro de extinción.

Seamos coherentes con el tema de este año: "Del Acuerdo a la Acción: Recuperar la Biodiversidad". Restauremos el Nazas, que vuelva el Río a su cauce y alegre la vida de los Laguneros. #Por un Nazas Vivo.

Escrito en: árboles, naturaleza, personas, ecosistemas

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas