A menos de un mes de las elecciones para la gubernatura de Coahuila y la renovación del Congreso local, esta semana en El Siglo de Torreón se realizó un análisis de los datos de 16 casas encuestadoras sobre las tendencias de preferencia de voto, lo que permite observar cómo se han comportado las tendencias y variaciones en la intención de voto para los diferentes partidos, alianzas o candidatos.
Vale la pena señalar que El Siglo no realiza ningún tipo de encuesta, pero sí da seguimiento a los resultados de las empresas que son consideradas por el Instituto Nacional Electoral (INE), por lo que se puede considerar como datos duros tal cual.
Daniel González, analista avalado por esta casa editora aclaró que primeramente es necesario conocer la diferencia entre los diferentes tipos de prácticas similares que existen, como los sondeos, las encuestas y los censos. Una vez realizado tal ejercicio con rigor metodológico se puede concluir que de acuerdo a las sondeos publicados antes de antier, que en este caso preciso se remite a 16 encuestas de diversas fuentes, medios o empresas privadas, permite presentar el siguiente análisis.
Con la valoración de las encuestas consideradas, se puede observar diferencias entre la intención de voto por partido o por candidato, como en el caso de lo que arrojan los datos de Electoral, específicamente con Ricardo Mejía Berdeja, del PT, y Armando Guadiana Tijerina, de Morena.
Además, utilizando herramientas de probabilidad estadística, es posible obtener un promedio de las encuestas con el objetivo de determinar una media de los datos de estas 16 casas encuestadoras, medios o empresas privadas, como ya lo ha mencionado González en su estudio publicado previamente en estas páginas y en las plataformas digitales de El Siglo.
Así, se puede ver por ejemplo que Manolo Jiménez Salinas, del PRI, PAN y PRD, ha mostrado una tendencia positiva de crecimiento, en tanto que Guadiana y Mejía Berdeja pasaron prácticamente de un empate técnico a una tendencia negativa para el candidato de Morena y un estancamiento en las variaciones o cambios mínimos para el aspirante petista.
Es importante recalcar la relevancia de estas tendencias, al margen de que ocurran factores extraordinarios.
Más allá del rigor metodológico o de las cargadas ideológicas de tal o cual postura, es claro que a menos que sucediera un evento extraordinario, el candidato de la Alianza por la Seguridad, Manolo Jiménez tiene prácticamente en la bolsa el triunfo electoral el próximo 4 de junio.
El previsible triunfo del priista saltillense está ahora sustentado además del capital político que le hereda su compañero de partido y actual gobernador, Miguel Ángel Riquelme Solís, y del suyo propio como un actual exalcalde fulgurante de la capital coahuilense del cisma ocasionado en las izquierdas locales.
Nadie puede negar el notable desempeño del renegado candidato Ricardo Mejía Berdeja, quien al no verse favorecido con la candidatura de Morena, el partido real del presidente Andrés Manuel López Obrador, decidió escindir la opción de esa parte del espectro ideológico entre él mismo y el candidato ungido de las huestes presidenciales, el impresentable senador con licencia Armando Guadiana Tijerina, facilitando el camino a Jiménez Salinas.
Habrá ganadores y perdedores como en todas las contiendas políticas, pero para la causa de la Cuarta Transformación, es casi incompresible perder casi por default una elección que pudieron haber aspirado a ganar. Todas las encuestas analizadas por Daniel González arrojan tendencias ampliamente favorables a Manolo, pero nunca con un margen tan amplio como para haberle asegurado el triunfo si hubiese tenido un contrincante serio en la esquina adversa a la suya.
De esas cosas que suelen pasar en la política. La reacción del "Tigre" Mejía al no verse favorecido por Morena es justamente lo que desde ya puede asegurar el triunfo de quien hubiese uno pensado que era su rival más acérrimo, a menos que hoy la estadística rigurosa mienta.