EDITORIAL

Los míticos dos grados menos de Lerdo

Manuel Valencia Castro

En días pasados, en una tarde cálida decidí visitar la ciudad de Lerdo en busca de la frescura natural que antaño encontrábamos en la plaza y los parques de la otrora "ciudad jardín". Ni la imperdible nieve de Chepo fue suficiente para amortiguar el calor de esa tarde noche. Me di cuenta que sólo en el imaginario colectivo quedó aquella historia que hacía que Lerdo sobresaliera de los otros dos municipios que ahora lo acompañan en la zona metropolitana: la que nos contaban nuestros padres y abuelos de que en Lerdo siempre la temperatura era entre uno y dos grados menos que en el resto de la hoy zona metropolitana. Para confirmar o al menos tener una base antes de escribir esta colaboración pude corroborar la temperatura de Lerdo, Gómez y Torreón durante 5 días en tres momentos diferentes, mediante consulta en Internet.

Quienes se dedican a esto de las mediciones dirán que no es una muestra representativa y tienen razón, no obstante, aunque este no era el propósito usé un modelo estadístico de muestras pequeñas para probar la hipótesis de que la temperatura media de Lerdo es igual a la temperatura media de Gómez y de Torreón. Los resultados de este análisis permiten aceptar la hipótesis de que las temperaturas promedio de los tres municipios son iguales. Seguramente habrá muchas críticas a este improvisado enfoque, todas válidas, pero lo que importa ahora es establecer las probables causas de dicho calentamiento local en Lerdo.

Siguiendo las causas del calentamiento global, podríamos adelantar que la pérdida importante de la vegetación que se encontraba en las famosas huertas y en el afán inmobiliario de incrementar la urbanización de la ciudad no sólo en los espacios que se iban desocupando en las huertas o los solares, también en las zonas de cultivo como el caso del ejido Lerdo que cambió el uso de suelo de sus terrenos de agrícola a residencial, con la sola excepción del famoso vivero que se instaló en los terrenos cedidos por el ejido Lerdo. Aquí se ganó definitivamente, ya que en muy poco tiempo se convirtió en un sitio con gran densidad vegetal que le abonaba sin duda al agradable clima de Lerdo.

Otras causas del calentamiento de Lerdo son: el crecimiento del asfalto en algunas calles y cemento en las azoteas de gran número de casas, así como el aumento desmesurado del parque vehicular con su enorme capacidad de contaminación que se agrega al efecto de invernadero local.

Nadie puede negar que el municipio de Lerdo era el líder regional en la gestión de espacios verdes, y se encuentra en un buen momento para retomar el liderazgo: antes de que se presenten las olas de calor que serán más calientes, más largas y más frecuentes que tendrán efectos desastrosos sobre la salud de la gente.

Mejorar los espacios verdes que ya existen es el comienzo y en esta tesitura el vivero hoy convertido en el Parque las Auras tendría la prioridad. Es evidente el bajo vigor del arbolado

Incluso árboles muertos, incluidos los que usaban las auras para perchar y pasar la noche, árboles de gran altura que facilitaban el vuelo por la mañana y que ya no están, por eso es que ya no se ven estas importantes aves, que prestaron su nombre al Parque.

La causa principal del deterioro de la vegetación del Parque es una paradoja que reduce hasta un grado de sequía la disponibilidad de agua que posee: Me refiero al volumen de agua de la presa al que se tiene derecho y al pozo profundo que se encuentra en el interior del parque.

Antes de los afanes urbanísticos de Lerdo, existía una acequia llamada Acequia Coahuila. Que se extendía desde una compuerta que conectaba con el canal Tlahualilo muy cerca de la Presa San Fernando hasta el vivero, al parecer el agua que se conducía por esta acequia regaba por gravedad otras áreas verdes del municipio incluidas también algunas huertas particulares y finalmente el antes vivero hoy Parque las Auras. Huelga decir que la acequia fue destruida por el desordenado crecimiento urbano, cortando el abastecimiento más importante de agua al parque. Se entiende que el agua del pozo profundo tenga otras prioridades como el uso doméstico, ya que como sabemos la escasez de agua para este tipo de usos es grave principalmente en verano. Por eso urge recuperar el volumen de agua de la presa y dotar al Parque de una infraestructura mínima para bombear el agua y regar toda la superficie del mismo al menos en los periodos en que se mueve el agua para los cultivos agrícolas.

Más allá del atractivo de Lerdo se debe pensar ya de otra manera: Los espacios verdes son un recurso indispensable para lograr una salud sostenible en las zonas urbanas. #Por el rescate del Parque Las Auras.

Escrito en: Lerdo, agua, Parque, temperatura

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