EDITORIAL

El maratón en la Cámara

Julio Faesler

En una maratónica sesión de la Cámara Baja el pasado martes un blitz arrasó con doce leyes y reglamentos afectado una serie de actividades básicas del país en decisiones tomadas de bulto como si fueran simples mercancías.

En esa acción demoledora entidades e instituciones fueron desaparecidas, cambiadas o desviadas de sus objetivos tocando asuntos tan cruciales como el sistema de salud, el control de licitaciones del sector público, el transporte por tierra y de aire, el financiamiento de la agricultura,el régimen de enseñanza y de investigación, la sobrevivencia de entidades paraestatales, la extensión a las fuerzas armada de los ingresos del turismo.

Los diputados de Morena, PT y el Verde Ecologista actuaron sin saber de lo que trataba, inclusive sin haber leído los textos, obedeciendo ciegamente la instrucción del Presidente. Nos falta conocer la reacción de los señores senadores.

El increíble fenómeno de un paquete de iniciativas exhibe la altivez dictatorial a la que ha llegado el líder supremo de la cuarta transformación.

Estamos frente a una nueva prueba de que la administración que se abroga López Obrador es un intento de implantar una improvisada versión de una sociedad ideal que con estudiada retórica ha mesmerizado al sector más necesitado de la sociedad y, por ello, dispuesto a entregarse al que presentó un panorama de fácil superación y prosperidad que se logra con el simple expediente de eliminar a los mejor situados.

La lección de 2018 es inevitable. El electorado mayoritario llevó a los poderes Ejecutivo y Legislativo a individuos que han obrado sin responsabilidad y traicionando el compromiso que jamás entendieron. Los senadores de oposición que ahora se han plantado en la Cámara legislativa para enderezar el proceso que les llega de sus colegas son los que frenan este último acoso de irresponsable traición nacional.

Un electorado engañado más un líder populista incapaz de articular un programa coherente y operable es la ecuación que da como resultado el caótico estado que todos sin excepción vivimos. Dispendioso por error y, por la corrupción inherente heredada y ampliada en tráfico de toda suerte se muestra insensible al desmantelamiento de INE, INAI, INSABI o CONACYT, o a solidarizarse con Ucrania.

Es un hecho que el voto popular haya entregado la presidencia de la República a un individuo tan impreparado ha enajenado hasta los que en un principio sintonizaron con su visión de la sociedad. Esta explicación es demasiado delicada para describir el desastre de la violencia y el desorden con que termina el sexenio.

Esta realidad, intencionada o no, lleva 4 años de que la 4T conduzca a México a un abismo. Son bien conocidos los casos de pueblos que han llevado al poder, por vía electoral, a sus dictadores. Estamos ante la perspectiva real de repetir el esquema el 6 de junio del año entrante.

La realidad que esta semana se dió en la Cámara de Diputados nos muestra con mayor énfasis que vivimos el ensayo de instaurar un sistema personalista orientado hacia un régimen de gobierno, éste sí, parodiando la conocida sentencia, que ha caído al basurero de la historia. Nadie, ni el más aventurado de los inconformes quiere eso para México.

La pérdida definitiva del sentido de honor, de responsabilidad y patriotismo no existe en la camada del partido oficial. País sin rumbo, se está en el peligro de caer en manos de intereses ajenos a nuestra historia, valores, aspiraciones y potencialidades. La sumisión a ellos encierra el peligro de irnos diluyendo la nacionalidad en una general confusión.

[email protected]

Escrito en: Cámara, sector, responsabilidad, régimen

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas