EDITORIAL

La dimensión internacional del conflicto de Sudán

Mauricio Meschoulam

Hace años, cuando hablábamos de Yemen, explicamos que ese conflicto se estaba asemejando cada vez más a Siria en cuanto a su internacionalización, es decir, el involucramiento de potencias regionales y globales, así como el de actores no estatales transnacionales, los cuales complicaban el ya de suyo complejo conflicto entre grupos locales rivales. El conflicto actual de Sudán aún no está, por supuesto, en ese punto. Pero sí hay una serie de factores que apuntan hacia esa dirección, si es que todo sigue creciendo.

Primero, hay un tema que tiene que ver con la posición y dimensión geográfica de Sudán, el tercer país más grande de África. Siendo un país árabe, su ubicación cercana a la península arábiga, así como su colindancia con Egipto o con Chad, le hacen pieza fundamental de la geopolítica de la región. Pero también el Nilo cuenta, el potencial agrícola y alimentario (en tiempos de crisis en esa materia), y otros recursos como las minas de oro.

Segundo, esos factores geográficos, además de la importancia política de Sudán, atraen intereses de distinta índole. Así, actores regionales como Egipto, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos (EAU) o Irán, han tejido vínculos en distintos momentos con diversos actores en Sudán.

En cuanto al conflicto actual entre Abdel Fatah al-Burhan (el líder del ejército y líder de facto en Sudán) y el general Hamdan, líder del grupo paramilitar conocido como las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ya se puede observar lo siguiente:

1. Arabia Saudita y EAU forman parte del "Quad", un grupo de países que además incluye a EUA y a RU, muy activo en las negociaciones para la transición. No obstante, la situación actual puede tener efectos de distinta naturaleza sobre los actores de ese grupo de mediación;

2. En concreto, EAU, quien ha ofrecido ayuda y ha invertido en Sudán, ha estado interesado en el potencial alimentario del país, así como en otros recursos, además por supuesto de su interés geopolítico en la zona. Pero Abu Dabi ha tejido su relación económica y política principalmente con Hamdan. Combatientes de las RSF fueron a Yemen a apoyar a EAU y a los actores locales que ese país respaldaba en el conflicto yemení;

3. Egipto, en cambio, está apoyando al general Burhan. De hecho, hace dos semanas, el grupo paramilitar comandado por Hamdan (RSF) detuvo a casi 30 soldados egipcios que se encontraban en Sudan. Estos hechos estuvieron cerca de arrastrar a las fuerzas egipcias al combate directo;

4. Hay también reportes de que el Mariscal Khalifa Haftar, una de las partes beligerantes de la guerra en otro país cercano, Libia, está respaldando y armando a Hamdan;

5. Esto coloca a dos países que han sido aliados, Egipto y EAU en bandos opuestos en Sudán.

Hay que añadir al grupo ruso de contratistas privados Wagner a este panorama, el cual lleva años protegiendo la seguridad de las minas de oro en Sudán, y se han tejido fuertes lazos entre su líder, Prigozhin, y el general Hamdan. Pero hay que aclarar que Prigozhin ha ido adquiriendo fuerza y una relativa independencia del Kremlin, por lo que Moscú podría o podría no estar involucrada en las decisiones de Wagner y su intención de armar a Hamdan.

En cualquier caso, la mano rusa puede tener distintos efectos desde la perspectiva de cómo el conflicto sudanés está siendo observado globalmente. Por ahora, Washington sigue intentando mediar entre los distintos actores, pero en la medida en que el choque entre Burhan y Hamdan se siga prolongando, y que los ceses al fuego que son gestionados por Washington y otros no consigan eficacia, los respaldos de la Casa Blanca podrían cambiar, particularmente si Sudán crece como esfera de competencia entre las potencias.

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Escrito en: conflicto, actores, grupo, Pero

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