EDITORIAL

AMLO saca raja de su recaída

José Santiago Healy

enio y figura hasta la sepultura", reza el célebre refrán que una vez más se aplica al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Como suele hacerlo, el mandatario volvió a utilizar su astucia y vagancia política para evadir los graves problemas de México y cobrarse algunas viejas facturas con sus enemigos y adversarios.

La historia inició el domingo durante una gira presidencial por Yucatán donde López Obrador sufrió un desvanecimiento que provocó la suspensión de sus actividades y su repentino retorno a la ciudad de México.

Ante la ausencia de información oficial y las evidencias de que la salud del tabasqueño se resquebrajaba, surgieron versiones noticiosas diversas, desde que sufrió un ataque al corazón hasta un derrame cerebral.

Al mismo tiempo su vocero oficial desmentía la interrupción de la gira cuando López Obrador prácticamente volaba a la capital mexicana a bordo de una ambulancia aérea.

Posteriormente surgió del propio tweet presidencial una versión difícil de creer: que el presidente se contagió de Covid por tercera ocasión, que su corazón estaba al cien y que se guardaría unos días para regresar pronto al escenario político.

Mientras esto ocurría varios escándalos noticiosos pasaron al olvido temporalmente, entre ellos los viajes suntuosos de la familia del secretario de la Defensa Nacional, el choque frontal entre López y Obrador con Estados Unidos por el fentanilo, la venta del ex avión presidencial a un país turbio y la prohibición de la Suprema Corte a militarizar la Guardia Nacional.

El presidente mexicano cerraba una semana terrible, las derrotas políticas se le acumularon sin que se asomaran salidas efectivas para contener la oleada en su contra.

Pero de pronto López Obrador sufre una nueva recaída en su salud y como por arte de magia los medios nacionales se dedicaron lunes, martes y hasta su reaparición el miércoles a machacar el tema, en algunos casos con y en otros con evidentes tintes amarillistas.

Para sorpresa de muchos y la incredulidad de los más, el primer mandatario subió a las redes el miércoles por la tarde un extenso video de 18 minutos que fue difundido en medios nacionales donde cuenta su versión de lo sucedido el domingo en Yucatán y la evolución de su enfermedad.

El presidente luce razonablemente bien, se nota su voz mormada y un poco más lento al hablar y caminar. Sin embargo, su narrativa es coherente, inicia con el tema de su salud, después presume de la fortaleza del peso y del avance de la economía para terminar con sus temas favoritos.

Mientras camina por Palacio Nacional evoca a Francisco I. Madero, entre otros presidentes mexicanos, cuenta una curiosa anécdota para recordar como lo han dado por muerto en varios ocasiones y concluye con un áspera crítica contra sus adversarios, el ataque va en especial hacia Felipe Calderón y Genaro García Luna, su ex secretario de Seguridad Pública.

Con su acostumbrada habilidad para manipular a la opinión pública, Andrés Manuel sale airoso de una crisis de salud que puso a su gobierno contra la pared por la ineptitud en su manejo y para colmo aprovecha la coyuntura para arengar a sus seguidores y promover su movimiento político que supuestamente está transformando a México.

Al mismo tiempo la Cámara de Diputados, en una sesión maratónica, decide desparecer al Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) que fue creado por AMLO para sustituir al Seguro Popular y que evidentemente no cumplió sus objetivos.

En la última sesión del periodo ordinario legislativo, los diputados de Morena aprovecharon su mayoría para dar al Ejército amplias facultades en el manejo del espacio aéreo y otorgarle al Tren Maya más recursos provenientes de los ingresos turísticos.

Sin embargo, la esperada iniciativa para reducir el horario laboral de 48 a 40 horas por semana fue congelada y será discutida hasta el próximo periodo legislativo.

Así las cosas, López Obrador le sacó raja política y mejoró su imagen con su aparente enfermedad y de paso enterró varios asuntos de vasta trascendencia nacional, al menos por ahora.

No obstante, la salud presidencial sigue siendo un misterio para los mexicanos.

NOTICIA FINAL…

Joe Biden, el atenuado presidente norteamericano, decidió a sus 80 años de edad lanzar su campaña por su reelección para los comicios de noviembre del 2024. ¿Se acuerda usted cuando en Estados Unidos brillaban en política los jóvenes como John F. Kennedy, Jimmy Carter, Bill Clinton, George Bush y Barack Obama?

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Escrito en: López, presidente, Obrador, presidencial

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