EDITORIAL

Padece México un desastre migratorio

José Santiago Healy

El sistema migratorio en México es un desastre total, así lo demuestra el reciente incendio en un centro de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua, donde murieron por quemaduras y asfixia 39 migrantes que soñaban con llegar a los Estados Unidos.

En el llamado albergue del Instituto Nacional de Migración -en realidad prisiones de ínfima calidad- estaban detenidos 63 extranjeros, a saber: un colombiano, un ecuatoriano, 12 salvadoreños, 28 guatemaltecos, 13 hondureños y 13 venezolanos.

Hay además 25 heridos, algunos muy delicados y con amplias posibilidades de fallecer.

Esta horripilante tragedia que estremeció a México y al mundo entero, obliga a las autoridades de nuestro país a modificar la estrategia del problema de la migración.

De la promesa por parte del gobierno federal de acabar con los abusos a los migrantes e incluso ofrecerles trabajo y residencia en México, se pasó a la persecución, la violación de derechos humanos y en el caso de Juárez a la negligencia total en el trato de los indocumentados de Centroamérica y América del Sur.

Gobierno y políticos mexicanos se rasgaban las vestiduras años atrás por las prisiones de migrantes en Arizona y Texas donde se maltrataba a los detenidos, pero aquí tenemos "albergues" donde un candado y una reja de cárcel pueblerina fueron suficientes para atrapar en un infierno sin salida a decenas de hermanos americanos.

Independientemente de fincar responsabilidades a los encargados del centro de detención, las autoridades superiores están obligadas a rendir cuentas del diseño y manejo de estas instalaciones que evidentemente son para delincuentes y criminales, mas no para seres humanos que buscan un mejor nivel de vida en otro país.

El comisionado del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, tendrá que explicar pronto y de manera convincente como se gestó la tragedia y de paso presentar su renuncia al cargo por respeto a las víctimas y al pueblo mexicano.

Varios secretarios de estado -Gobernación, Relaciones Exteriores y Seguridad-también tienen la obligación de dar la cara y trabajar de inmediato en la solución del grave problema de la migración que afecta a México y a muchos otros países de la región.

En tanto el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien en su primera declaración culpó lastimosamente a los detenidos del incidente, cuenta con la grave responsabilidad de aplicar el peso de la ley a quienes permitieron la tragedia apenas comparable con el penoso incendio de la guardería ABC, ocurrido en el 2009 en Hermosillo, Sonora, con saldo de 49 niños fallecidos.

Bueno fuera que el tabasqueño utilizara el liderazgo que todavía ostenta para convocar a una reunión regional de jefes de estado para que las naciones implicadas en el conflicto migratorio atiendan las causas y se pacten las soluciones más pertinentes.

Estados Unidos, México, Canadá, Guatemala, El Salvador, Honduras, Venezuela, entre otras naciones, deberán tomar el toro por los cuernos y resolver tan intrincada problemática que ha provocado infinidad de muertes, sufrimiento y pesadumbre entre nuestra gente.

Recordamos que en los tiempos de las guerrillas en Centroamérica surgió el Grupo Contadora con la participación de México, Colombia, Panamá y Venezuela, resultó un importante paliativo para distender los conflictos bélicos, crear condiciones de paz, reducir la presencia militar extranjera y promover el progreso económico y social de la región.

Lamentablemente el actual gobierno mexicano no cuenta con una visión de largo plazo, menos en estos momentos cuando la atención y los intereses están dirigidos tristemente a la elección presidencial del 2024 y a la promoción de las llamadas "corcholatas".

Así de lamentable el panorama, la masacre de Ciudad Juárez viene a demostrar que la cuarta transformación es verborrea pura y que nuestro querido México se hunde día tras día sin que las autoridades se den cuenta y la sociedad no pueda evitarlo en estos momentos.

NOTICIAS, NOTICIAS…

Sorprendió el repentino ingreso del papa Francisco al hospital Gemelli en Roma para atenderse de un problema respiratorio que lo aqueja desde hace varios días. Francisco cumplió 86 años el pasado 17 de diciembre y como se recordará le fue extirpado el lóbulo superior del pulmón derecho cuando tenía 21 años de edad, operación que lo tuvo al borde de la muerte. El Vaticano ha pedido intensificar las oraciones por la salud del Sumo Pontífice.

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Escrito en: México, migratorio, autoridades, Francisco

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