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Imprenta federal de Alemania recuerda la hiperinflación de hace 100 años

La moneda perdía valor prácticamente cada hora

En el pico de la hiperinflación, en los tres últimos meses de 1923, se procesaron 5.5 millones de kilogramos de papel para hacer billetes. (ESPECIAL)

En el pico de la hiperinflación, en los tres últimos meses de 1923, se procesaron 5.5 millones de kilogramos de papel para hacer billetes. (ESPECIAL)

EFE

La imprenta federal de Alemania recuerda hoy la extrema devaluación de la moneda hace cien años durante la República de Weimar, con tal hiperinflación que el billete más alto puesto en circulación tenía un valor de 100 billones de marcos.

En noviembre de 1923, un kilo de pan de centeno costaba en Berlín 233 mil millones de marcos y un kilo de carne de vacuno, 4.8 billones.

La moneda perdía valor prácticamente cada hora, de manera que los alemanes cargaban cestas de la ropa repletas de billetes para hacer la compra, escribe la imprenta federal en un comunicado.

Tras la I Guerra Mundial, la economía estaba por los suelos y el Estado alemán tan endeudado, que imprimía moneda para pagar sus deudas, y cada nuevo billete, con valores cada vez más altos.

Sólo entre el 25 de julio y el 26 de octubre de 1923, la imprenta del Reich, predecesora de la actual imprenta federal, emitió un total de 28 tipos diferentes de billetes.

La denominación más alta que se utilizó nunca -en aquella época y hasta hoy- fue el billete de 100 billones de marcos -es decir, 100 mil mil mil mil-, aunque en el propio papel se prescindió de la cifra escrita con todos sus ceros.

Según escribe en su libro "100 años de imprenta federal" el historiador Gerd Gnewuch, "se necesitaban cantidades de dinero cada vez mayores".

"En el verano de 1922, la imprenta del Reich pasó por necesidad a imprimir billetes en rollos de papel continuo en máquinas rotativas. Las cuestiones de protección contra falsificaciones eran secundarias", agrega.

Aunque la imprenta del Reich cuadruplicó el número de empleados en ese periodo respecto a su plantilla anterior a la I Guerra Mundial hasta más de 12 mil, no sólo el personal era insuficiente para imprimir esas enormes cantidades de dinero, sino también las máquinas y salas.

Así, el gobierno encargó a 60 empresas privadas la producción de dinero como imprentas auxiliares, según el libro "Identidad y seguridad. De imprenta estatal a socio para una digitalización segura. La historia de la imprenta federal desde 1763 hasta hoy", de Michael Kamp, Linda Stieffenhofer, Mascha Stähle y Thomas Forstner.

Además, la imprenta del Reich necesitaba tanto papel para la producción de dinero que se vio obligada a alquilar locales y edificios adicionales para almacenarlo.

En el pico de la hiperinflación, en los tres últimos meses de 1923, se procesaron 5.5 millones de kilogramos de papel para hacer billetes, frente a 3.5 millones de kilogramos en el mismo periodo del año anterior.

El entonces canciller del Reich, Gustav Stresemann, puso fin al exceso de billetes con la introducción del Rentenmark en noviembre de 1923, una moneda de transición cuya unidad al cambio correspondía a un billón de los anteriores marcos de papel.

Los primeros billetes por valor de un Rentenmark fueron entregados por la imprenta del Reich en diciembre de 1923 y la vertiginosa devaluación del dinero llegó a su fin, como también el enorme volumen de trabajo de la imprenta, que redujo su personal a unos 3,900. 

Escrito en: imprenta, Reich, cada, 1923,

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