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En este cambiante mundo del trabajo, el estar alineado a las tendencias globales, suele ser algo muy difícil de adaptar a los entornos regionales o urbanos, es casi nula la inmediatez en cómo los empleadores buscan adaptar estas tendencias y analizarlas para mejorar temas como la escasez de talento y su atracción.
Salvador Alcocer Hernández, gerente de negocios en Manpower, explicó que, en la región, romper con estos esquemas tradicionales de gestionar el talento y pasar a la nueva cultura de "la nueva era humana" ha sido particularmente lenta y, en algunas, ocasiones dolorosas.
"El negarse a reconocer que particularmente después de la pandemia, los candidatos o buscadores de empleo, son ahora los que deciden trabajar en tu empresa, y que sus prioridades profesionales, y personales son el factor determinante para elegir tu marca, sigue siendo un punto de confrontación entre empleadores y empleados. Así pues, el desconocer cuáles son tus tendencias regionales, locales, te impide crear planes de acciones a futuro eficaces para la atracción de talento", comentó.
Citó el nuevo estudio de ManpowerGroup, "La nueva era humana", el cuál arroja que millones de mujeres abandonaron la fuerza laboral durante la pandemia y muchas aún no han regresado porque las formas de trabajar prepandemia se sienten menos compatibles con las nuevas prioridades de vida.
Alcocer consideró que pareciera entonces que las organizaciones no están escuchando las necesidades de las mujeres, que les permita reincorporarse a la vida profesional y con su reincorporación aliviar la crisis de escasez de talento.
Señaló que algunas de estas características que los empleadores deberían tomar en cuenta y que las mujeres a través de este estudio de Manpower expresaron son: las mujeres quieren horarios de oficina más flexibles (más que totalmente remoto), incluidos menos días en la oficina; están más motivadas que los hombres en regresar a la oficina, 41% de las mujeres expresa que la sociabilidad/conexión está entre sus principales razones para regresar; desean más estabilidad y menos miedo a perder el trabajo; por su parte, la igualdad en el lugar de trabajo, independientemente de la edad, la raza o el género, es primordial; las habilidades importan: las mujeres buscan más oportunidades para aprender y crecer.
En este sentido, se recomienda a las organizaciones: volver a imaginar cuándo, dónde y cómo se realiza el trabajo, para integrar o reintegrar más mujeres a la organización; ofrecer equidad salarial; capacitación avanzada; alinear las prácticas comerciales con las necesidades de las mujeres.
El gerente de negocios indicó que en cualquier empresa esto debería convertirse en una prioridad y con ello contribuir a la mejora de la productividad, a la equidad de género y a la mejora de la cultura laboral de las organizaciones.