EDITORIAL

Conferencia del Agua de la ONU 2023

Julio César Ramírez

Está previsto que la Conferencia del Agua de la ONU 2023 se celebre en la sede de las Naciones Unidas, Nueva York, del 22 al 24 de marzo, en el marco del Día Mundial del Agua. Esta reunión tiene como propósito clave el apoyo para lograr los objetivos y metas relacionados con el agua acordados internacionalmente, incluidos los contenidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Por primera vez, quien promueve este evento global no es el sector privado sino Naciones Unidas. Ahí, movimientos ciudadanos defensores del agua de todo el mundo buscan expresar el Manifiesto por la Justicia del Agua recién firmado para amplificar las voces de los no escuchados y hacer un llamado a los presentes en el diálogo a que aborden nueve problemas que se consideran fundamentales para lograr la justicia del agua para todos. Un desafío, pues comunidades y pueblos enfrentan el despojo, la privatización y el saqueo del agua. De manera simultánea se realizarán movilizaciones sociales en múltiples geografías del planeta. Es un momento de inflexión del sistema ONU en la lucha por alcanzar el cumplimiento efectivo de los derechos humanos al agua potable y saneamiento. En este contexto, tambalea nuevamente la Ley General de Aguas de México.

La Conferencia de las Naciones Unidas denominada "El agua para el desarrollo sostenible. Examen amplio de mitad de periodo de la aplicación de los objetivos del Decenio Internacional para la Acción, 2018-2028", es sin duda oportunidad para visibilizar la crisis global del agua y del saneamiento en la que se encuentra la comunidad internacional, que no parece que se encuentre en una senda adecuada de avance.

Hay pueblos y comunidades, sobre todo indígenas, que afirman que se padece una catástrofe hídrica mundial y se ha desatado contra ellos una guerra de despojo y exterminio.

No es exageración ni juego.

Existen 2 mil 200 millones de personas que carecen de acceso a servicios de agua potable gestionados de forma segura.

Casi 2 mil millones de personas dependen de centros de atención de la salud que carecen de servicios básicos de agua.

Más de la mitad de la población -4 mil 200 millones de personas- carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura.

297 mil niños menores de cinco años mueren cada año debido a enfermedades diarreicas causadas por las malas condiciones sanitarias o agua no potable.

¡Qué orgullo de planeta!

El 90 % de los desastres naturales están relacionados con el agua.

El 80 % de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas.

Alrededor de dos tercios de los ríos transfronterizos del mundo no tienen un marco de gestión cooperativa.

La agricultura de lucro representa el 70 % de la extracción mundial de agua.

¿Y esto es la civilización?

Son datos oficiales de los organismos internacionales del sistema ONU. ¿Es más drástica la realidad?

El agua está, así, en el epicentro de lo que se ha dado en llamar el desarrollo sostenible y es fundamental para el denominado desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la supervivencia de los seres humanos.

El agua forma también parte crucial de la adaptación al cambio climático, y es decisivo vínculo entre la sociedad y el medioambiente.

Pero, ojo, el agua es además una cuestión de derechos.

La lógica de ONU Agua es la siguiente: A medida que crece la población mundial se genera una necesidad creciente de conciliar la competencia entre las demandas comerciales de los recursos hídricos para que las comunidades tengan lo suficiente para satisfacer sus necesidades.

ONU Agua destaca que las mujeres y las niñas deben tener acceso a instalaciones de saneamiento limpias que respeten su privacidad para cuidar de su menstruación y para que tengan una maternidad digna y segura.

Reconoce que el desarrollo del ser humano requiere que el agua y los sistemas de saneamiento se lleven a cabo de forma separada. "Ambos son vitales para reducir el número de enfermedades y para mejorar la salud, la educación y la productividad económica de las naciones".

La Conferencia que iniciará el 22 y culminará el 24 de marzo es monográfica sobre el agua, 46 años después de la primera, que tuvo lugar en 1977 en Mar de la Plata, Argentina.

Contará con seis sesiones plenarias y cinco diálogos interactivos, con eventos paralelos.

En su viaje a esta Conferencia del agua en Nueva York, hizo escala en México el relator de la ONU sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, Pedro Arrojo Agudo, donde el viernes 17 participó en los foros "Los retos para garantizar el derecho humano al agua y su saneamiento en Tlaxcala" y "Derecho humano al agua, ordenamiento hídrico y contraloría ciudadana autónoma del agua", en la Ciudad de México.

¿Responderá la Conferencia del Agua de Naciones Unidas 2023 en Nueva York al pulso de reclamos de pueblos y comunidades y de la movilización social en defensa de los ríos y del agua como bien común?

@kardenche

Escrito en: agua, Conferencia, Agua, saneamiento

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