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La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, se reunió hoy durante una hora con los familiares de las víctimas y con algunos de los supervivientes del naufragio del pasado 26 de febrero de una barcaza de migrantes frente a las costas de Calabria (sur) y en el que murieron al menos 86 personas, 32 de ellos menores.
El grupo, formado por unas 30 personas que partieron del aeropuerto calabrés de Crotone en un vuelo de Estado, se reunió en la sede de Gobierno con Meloni, con el ministro de Exteriores, Antonio Tajani, y con el subsecretario de Gobierno, Alfredo Mantovano.
No participó el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, a quien se ha criticado con dureza por la gestión de la tragedia y la falta de intervención de la Guardia Costera, como está investigando la fiscalía.
El encuentro, según los medios, duró cerca de una hora y los familiares fueron acompañados posteriormente al aeropuerto a bordo de un autobús para que regresasen a Crotone, donde se les han facilitado algunas habitaciones de hotel.
Según adelantó a los medios el equipo de abogados que se está ocupando de asesorar a los familiares, las peticiones al Gobierno iban a ser continuar la búsqueda de los desaparecidos, facilitar la reunificación de los supervivientes con sus familias incluso en el extranjero y crear, con la UE, corredores humanitarios para ayudar a las personas en países como Afganistán donde las condiciones de vida no son seguras.
Meloni acudió el pasado 9 de marzo a Cutro, donde se produjo el naufragio, para celebrar un consejo de ministros, en el que se aprobó un decreto sobre migración, once días después de la tragedia y tras las numerosas críticas que ha recibido por no haber visitado antes el lugar.
En aquella ocasión tampoco Meloni y ninguno de los ministros visitó el palacio de los deportes de la cercana Crotone, donde fueron llevados los féretros de los fallecidos y al que sí acudieron tras la tragedia el presidente de la República, Sergio Mattarella, y la líder del principal partido de la oposición, Elly Schlein.
Después de las protestas de los familiares, el Gobierno de Meloni se hizo cargo de las repatriaciones de los cuerpos a los lugares de origen o de su entierro donde mejor lo consideren.
Mientras, continúan las investigaciones sobre las posibles responsabilidades de la Guardia de Finanza y Guardia costera por no haber intervenido antes tras el conocimiento de la existencia del pesquero.
A este propósito, Meloni afirmó durante la presentación de un libro dedicado al papa Francisco: "Son días particulares, me han acusado de cosas espantosas, pero mi conciencia está tranquila".
El naufragio mortal se produjo cuando la embarcación en la que viajaban unos 180 migrantes, en su mayoría afganos, iraníes, pakistaníes y sirios, se hundió a solo 150 metros de la playa de Steccato de Cutro, según los superviventes.