EDITORIAL

Actuar en las fronteras interiores

Jorge Álvarez Fuentes

El reciente secuestro de cuatro ciudadanos estadounidenses y el asesinato de dos de ellos en Matamoros, pone de relieve la naturaleza transfronteriza de un cúmulo de actividades delictivas. Si continúan produciéndose otros incidentes, habrá consecuencias graves para las ya de por sí difíciles y complejas relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos. Ahí están las iniciativas, motivadas con fines preelectorales, de congresistas republicanos y la solicitud de algunos fiscales estadounidenses para presionar al Ejecutivo a que declare los carteles mexicanos organizaciones terroristas extranjeras. Incluso que considere posibles acciones militares unilaterales. Son muestra de las distintas lecturas, reacciones e impactos ante la intensificación de las actividades de la delincuencia organizada, ante las numerosas formas de violencia ejercidas por las diversas organizaciones criminales, que tienen lugar más allá de las fronteras de ambos países, cuyas operaciones repercuten en los ámbitos local, subregional, regional e internacional.

Por ello es indispensable destacar la naturaleza transfronteriza y tras regional de estos graves problemas, la cual frecuentemente queda invisibilizada en una economía globalizada, puesto que no se circunscriben ni tienen lugar sólo en los territorios nacionales delimitados e incorpora una dimensión espacial difusa y compleja, de fronteras cambiantes, tanto internas como externas. Esta realidad multidimensional del crimen organizado suele perderse de vista, sobre todo cuando la atención mediática, las intervenciones, las acciones para hacerle frente y las confrontaciones narrativas de los gobiernos se centran en los acontecimientos a nivel local y en las medidas para combatir a lideres de grupos criminales, neutralizar y degradar a organizaciones delictivas y carteles de narcotraficantes. Ello sin necesariamente reconocer la extensa y profunda interconexión que mantienen y requieren, en y allende las fronteras internacionales, el boyante tráfico de drogas sea el trasiego y la venta de metanfetaminas, fentanilo y cocaína, y el tráfico ilícito de armas, tanto cortas como de asalto. Pero que también abarca el acopio de insumos y la recolección de cargamentos de drogas en pequeños lugares aislados de las costas, el asedio sobre poblaciones de tránsito o sobre determinadas aduanas localizadas en puertos comerciales para asegurar el ingreso de percutores químicos importados y el constante comercio ilegal, que se extiende al robo de hidrocarburos, de bienes y productos que se distribuyen mediante autotransportes y ferrocarriles, así como la explotación del desplazamiento forzado de cientos de miles de personas, el auge creciente de los flujos migratorios subregionales y extracontinentales, proliferando así secuestros, extorsiones, desapariciones y amenazas, junto con el despojo de propiedades, el derecho de piso, el reclutamiento de sicarios y las múltiples formas de lavado de dinero.

Ejemplo de una frontera interior es la zona donde operan algunos de los grupos del cartel del Golfo, en Matamoros, pegado a Brownsville, en dirección al este y hasta Playa Bagdad, a la que acceden mediante carreteras y brechas, zona que comprende tierras ejidales y corre a lo largo de un tramo de casi 40 kilómetros en las inmediaciones de la frontera con Texas, y donde se han ubicado casas de seguridad y fosas clandestinas. Fue precisamente ahí donde fueron localizados los estadounidenses y donde operan integrantes de algunos cuerpos de seguridad, que se desplazan en camionetas pick up todo terreno, y en la que también se encuentra desplegada una Fuerza de Tarea Regional de la Secretaría de la Defensa Nacional, con casi 500 efectivos. Otro ejemplo, con características distintas a la de Tamaulipas, se localiza en Oaxaca, al sur del territorio nacional, principalmente en algunos corredores de las regiones del Istmo y la Costa, en donde en los últimos meses se han realizado operaciones de intercepción de importantes cargamentos de droga, mientras continúan aumentando las tomas clandestinas de ductos de hidrocarburos y persisten desplazamientos irregulares de migrantes provenientes de Chiapas y Veracruz, a pesar del Instituto Nacional de Migración y la Guardia Nacional. Otras fronteras interiores violentas se localizan en los límites entre Jalisco y Zacatecas y en los corredores que unen por tierra las ciudades más violentas del Bajío.

Son en estas fronteras interiores, en las que se gesta la oferta y la demanda, donde se realiza el tráfico de drogas y de armas de norte a sur y de sur a norte, en las que ambos gobiernos deben instrumentar estrategias concertadas para endurecer el control de armas y parar la espiral de violencia. Ello implica actuar en los niveles federal, estatal y municipal en México, pero también del otro lado, en Memphis Tennessee, en San Luis Missouri, en Detroit y en Nueva Orleans. Urge actuar de manera rápida y asertiva, en forma corresponsable. Dejar atrás ambigüedades, reclamos y provocaciones. No más "abrazos, no balazos" y la doctrina de "unwilling and unable".

Sabedoras que son años preelectorales, ambas administraciones deben evitar respuestas coyunturales, la aplicación de sanciones y la adopción de otras medidas unilaterales para, en cambio, trabajar juntos, de manera coordinada, usando los mecanismos bilaterales y sumando esfuerzos en los foros multilaterales. Del intercambio de información e inteligencia, de la colaboración interinstitucional, de las medidas de confianza, del fortalecimiento de capacidades dependerá la exitosa instrumentación de sus respectivas estrategias, con pleno respeto a los intereses nacionales y al ejercicio soberano sobre sus territorios interrelacionados.

El gobierno de México debe rechazar categóricamente cualquier intento intervencionista y enfocar sus esfuerzos para contrarrestar, junto con el gobierno de los Estados Unidos y la comunidad internacional, las grandes palancas que mueven in situ al crimen organizado transnacional, con estricto apego al derecho interno e internacional.

@JAlvarezFuentes

Escrito en: fronteras, organizaciones, drogas, estadounidenses

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