EDITORIAL

Confundir activismo con servilismo

Yohan Uribe Jiménez

Amenudo las instituciones e investiduras suelen ser confundidas en el marasmo atónito del proselitismo. Pensar que la representación de una alcaldía está sujeta constantemente al color del partido por el cual llegó al poder, es tan limitado como pensar que el ejercicio gubernamental es unicamente para unos cuantos ciudadanos, aquellos que necesariamente simpatizan o militan con el partido al que pertenece un mandatario. Por esa razón, hacer creer que el alcalde de Torreón Román Alberto Cepeda está trabajando mal por no ponerle la mesa a un candidato, es creer a la ciudadanía no sólo ingenua, sino ratificar que la incongruencia es el pan de cada día.

Y es que cuando un sector vierte sus criticas no a los problemas propios de una ciudad o al desgaste natural del ejercicio de gobierno, sino al comportamiento del alcalde en cuanto al proceso electoral que se avecina en Coahuila, es confundir el activismo natural de cualquier mandatario en el nivel de gobierno que sea (municipal, estatal o federal) con simple servilismo. Le guste o no a muchos, entendiendo el "muchos" como priístas, Román Alberto Cepeda resultó electo en un proceso electoral no sólo gracias a la estructura del tricolor, sino también a un alto porcentaje de la ciudadanía a la que logró convencer y ese enorme electorado le demanda estar alejado de las elecciones, como a cualquier mandatario.

La manera más efectiva en la que un edil puede ayudar a su partido es gobernando bien. Para todos. No poniendo a la estructura municipal a trabajar para un candidato sino para la ciudadanía. En todo caso se pueden criticar el comportamiento y resultados de algunos funcionarios de la actual administración de Torreón, en base a los resultados al frente de su dirección o instituto, pero nunca por promover o no a los candidatos priístas que desfilarán en el proceso electoral del próximo mes de junio, como le exigen algunos sectores al alcalde lagunero.

Quienes sostienen que Román Alberto no escucha a la sociedad civil porque no aplaude, grita y se desvive en un evento de precampaña, desconocen que los asistentes a esos eventos no son "la sociedad", y que por ejemplo, cuando su director de obras públicas presentó el proyecto de remodelación de la Calzada Colón, si escuchó las voces de cámaras, colegios y colectivos, tan esa así que supo dar revés a un proyecto cuestionado por la sociedad, yo mismo lo critique en este espacio y reconozco que escuchó y corrigió.

En un ejercicio de autocrítica, sería bueno preguntar a algunos sectores del PRI que han cuestionado el comportamiento de varios delegados federales de los programas del bienestar en Torreón, por andar haciendo proselitismo a favor de algunos servidores de la nación que buscan diputaciones o la candidatura por la alcaldía de Torreón en 2024, si lo que ellos demandan es que la estructura municipal haga lo que le cuestionan a la federal. Si tanto han objetado el proselitismo de la coordinadora de los programas del bienestar en La Laguna de Coahuila, Cintia Cuevas, por qué le piden al alcalde de Torreón que haga lo mismo.

La carrera por la gubernatura de un estado se gana con una propuesta de gobierno y un segundo periodo al frente de una alcaldía, gobernando. Creo, al menos por la experiencia de los últimos años, que la reelección de un mandatario se debe más al conocimiento que tiene de su perfil el electorado, que, a una designación a capricho, y por lo general un alcalde en ejercicio de gobierno alcanza un nivel de conocimiento del 95 por ciento y eso ya representa una ventaja sobre cualquier otro aspirante que debería construir de cero o porcentajes muy bajos ese conocimiento.

Más que nunca las elecciones que tendrán lugar este año en dos estados del país, Coahuila y Estado de México, estarán vigiladas, por la sociedad principalmente, porque las autoridades ya ni los llamados a misa hacen en materia electoral. La democracia por antonomasia se construye desde los disensos, aunque estos se den al interior de los mismos institutos. Y si algo llevó al PRI a la debacle, fue precisamente enfrentar las elecciones en estos tiempos con los rancios comportamientos que mantuvieron hasta los años 90. Habrá que ver si aprendieron porque lo que si es cierto es que ya no hay margen para errores.

UN DATO

Hablando del comportamiento partidista de un mandatario, habría que ver al gobernador priísta de Durango Esteban Villegas anoche en la presentación de su Plan Estatal de Desarrollo, porque no sólo se desvivió en loas y reconocimientos al presidente de México Andrés Manuel López Obrador, durante su discurso, sino que reconoció el apoyo del mandatario de Morena con el olvidado estado de Durango, por lo que sería bueno preguntarle al gobernador electo por una coalición integrada por PAN-PRI-PRD, si también le hablaron de su partido para reclamare o eso solamente sucede cuando hay procesos electorales.

@uyohan

Escrito en: sino, alcalde, ejercicio, comportamiento

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas