EDITORIAL

Apenas inició la crisis bancaria

José Santiago Healy

Atres años de iniciada la feroz pandemia de Covid 19 que zarandeó al mundo entero es evidente que sus consecuencias sociales, sanitarias y económicas no han concluido.

La reciente quiebra de tres bancos en Estados Unidos y la caída del valor de las acciones de muchos más en todo el orbe, pusieron en jaque a los sectores financieros y políticos que ya no ven lo duro sino también lo tupido.

Silicon Valley Bank, institución de reconocido nivel que atendía a empresas de tecnología al norte de California, fue declarada en quiebra el pasado 10 de marzo y absorbida por las autoridades reguladoras.

Pero 48 horas antes había cerrado sus puertas Silvergate Bank de La Jolla, California, un banco pequeño que no aguantó las pérdidas financieras producto de la subida de tasas de interés y el desplome de las criptomonedas.

Dos días después tocó a Signature Bank con sede en Nueva York colapsarse por las mismas razones de los bancos anteriores con la gravedad de que buena parte de los depósitos de esta institución no estaban asegurados por la FDIC, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos por sus siglas en inglés.

En Estados Unidos existen más de cinco mil bancos, la gran mayoría de ellos son locales y estatales, con cierta frecuencia se escucha de cierres o adquisiciones de aquellos que están en problemas financieros o en franca quiebra.

Del total de bancos alrededor de 4,800 están afiliados a la FDIC lo que significa que los depósitos de los ahorradores están asegurados hasta un máximo de 250 mil dólares.

Sin embargo, en esta ocasión la noticia de varios bancos en quiebra levantó una oleada de pánico entre los ciudadanos e hizo recordar los aciagos momentos del 2008 cuando los gigantes Washington Mutual Bank y Lehman Brothers sucumbieron para dar inicio a una de las peores crisis de las últimas décadas.

En el caso actual el presidente Joe Biden intervino de inmediato para declarar que todas las cuentas e inversiones en los bancos quebrados serían protegidas por el gobierno federal, incluyendo aquellas mayores de 250 mil dólares.

El anuncio contuvo los temores de los ahorradores y hasta el momento ha evitado el contagio de cierre entre los bancos, no obstante la pregunta es si el gobierno podría absorber las pérdidas totales en caso de que en un futuro próximo otras instituciones no aguanten los vaivenes de la economía.

La situación no es nada fácil y los expertos han comenzado a culpar a la Reserva Federal de los Estados Unidos por su agresiva política de elevar las tasas de interés con el ánimo de frenar las presiones inflacionarias lo que hasta ahora no ha conseguido cabalmente.

Recordará usted que la pandemia causó una profunda recesión en el año 2020, pero por las inyecciones de recursos del gobierno norteamericano, entre otras razones, en el 2021 se consiguió un repunte espectacular que nadie se esperaba.

Luego vino la crisis en la cadena de suministros del 2021 y 2022 que se agravó severamente con la invasión militar de Rusia a Ucrania a principios del año pasado con efectos terribles en la economía mundial.

De ahí la inflación comenzó a despuntar y posteriormente las autoridades financieras de Estados Unidos, secundadas por infinidad de países, dieron rienda suelta a las tasas de interés para provocar lo que hoy ya conocemos como la crisis bancaria del 2023.

¿Hasta dónde escalará esta complicada situación que a todos preocupa? Nadie lo sabe con certeza, la única realidad es que la inflación no está controlada, el mundo camina hacia la recesión y no vemos por ahora una solución viable para la economía de la post-pandemia.

A propósito, ¿será necesario matar el crecimiento en lugar de acostumbrarnos a vivir temporalmente con una inflación moderada?

NOTICIAS, NOTICIAS…

Ahora es el bajacaliforniano Gustavo de Hoyos Walther, abogado y ex presidente de Coparmex, quien se lanza a buscar la presidencia de la República para el 2024. Gustavo fue fundador del movimiento Sí por México e impulsor de la coalición Va por México que integran el PRI, PAN y PRD. Es empresario sin afiliación partidista y le apuesta a consolidar una candidatura ciudadana que sea lanzada por uno o más partidos.

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Escrito en: bancos, crisis, Estados, quiebra

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