EDITORIAL

Una oportunidad

Enrique Irazoqui

Tras el secuestro y posterior asesinato de dos de los cuatro ciudadanos estadounidenses, otro más que resultara herido de bala y un cuarto ileso en la ciudad fronteriza de Matamoros, Tamaulipas, se ha reavivado la polémica en la arena pública norteamericana sobre la posibilidad de que aquel país declare a los cárteles de la droga mexicanos como organizaciones terroristas y con ello abrir la posibilidad en su mundo, de poder intervenir militarmente contra estas organizaciones del crimen.

En otras palabras, la posición de algunos legisladores del Partido Republicano que alzan la voz, e incluso el miércoles pasado presentaron dos proyectos de ley en Estados Unidos, abogan por considerar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas y autorizar el uso del Ejército para combatirlos. El lance intenta empujar a que el gobierno del presidente demócrata Joe Biden tome esa postura, aunque ya hay información que las fuentes oficiales de la Casa Blanca han aclarado que por el momento se tiene claro que México cuenta con todos los instrumentos para hacer frente a esta crisis de seguridad contra las bandas mexicanas, con lo cual despresuriza por el momento la posibilidad real de algún tipo de intervención estadounidense en territorio nacional.

Ante estos hechos, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador consideró que la propuesta de los republicanos estadounidenses de declarar la guerra a los cárteles mexicanos por considerarlos terroristas es "irresponsable" y una "ofensa al pueblo de México".

"Esta iniciativa de los republicanos, además de irresponsable, es una ofensa al pueblo de México, una falta de respeto a nuestra soberanía", dijo AMLO en su rueda de prensa mañanera.

López Obrador aseguró que no permitirá que un Gobierno extranjero, y mucho menos sus Fuerzas Armadas, intervengan en territorio nacional.

"De una vez fijamos postura, nosotros no vamos a permitir que intervenga ningún Gobierno extranjero, y mucho menos que intervengan Fuerzas Armadas de un Gobierno extranjero en nuestro territorio", sentenció.

Además, amenazó al Partido Republicano, promotor de esta iniciativa que autorizaría la acción del Ejército estadounidense contra los cárteles, con movilizar a mexicanos e hispanos residentes en Estados Unidos para que voten en su contra.

"Si no cambian de actitud y piensan que van a usar a México para sus propósitos propagandísticos y politiqueros, vamos a llamar porque no se vote por ese partido por intervencionista, inhumano, hipócrita y corrupto", alertó.

"Lo que dijo este senador (Lindsey Graham) no lo admitimos, a México se le respeta, no somos un protectorado ni colonia, somos un país independiente, soberano y no recibimos órdenes de nadie", remató el presidente mexicano

De trasfondo también está la lucha contra el tráfico de fentanilo, un opioide sintético fabricado en México con químicos de China que ha causado cientos de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos.

Estas propuestas legislativas prohibirían a los integrantes del crimen la entrada a Estados Unidos, autorizaría congelar sus bienes y prohibiría a cualquier persona ayudarlos de forma consciente, entre otros mecanismos.

Pareciera que López Obrador una vez más trata de enfrentar un asunto reduciendo a su discurso de siempre: los pobres oprimidos contras los ricos abusones; los vejados contra los oligarcas malvados. En la agenda local siempre le funciona. Este no es el caso.

Sin embargo, con toda claridad la postura del presidente aun con su carga política y su vergonzosa amenaza al Partido Republicano de hacer campaña contra ellos, es absolutamente correcta, sensata, digna y justa. Por derecho elemental ningún país extranjero puede vulnerar la soberanía mexicana.

No obstante, el mensaje en español que transmitió el congresista de Texas, Dan Crenshaw da una fuerte lección -aunque parcial- de civilidad a nuestro presidente. No habla el texano de una pelea entre Estados Unidos contra México, si no de una lucha de México y Estados Unidos contra los cárteles, particularmente aquellos que trafican fentanilo, droga sintética producida en tierras mexicanas con precursores chinos, que están ocasionando la muerte por sobredosis de 70 mil norteamericanos cada año.

El único detalle es plantearle al gobierno de los Estados Unidos que en vez de intentar perseguir criminales allende de su frontera sur, ¿por qué no combaten a los grupos de traficantes en su territorio? ¿cómo los consumidores del vecino país del norte obtienen sus dosis personales de droga para consumirlas? ¿Las compran todos en al frontera o hay narcotraficantes operando a lo largo y ancho de su territorio?

El buen juez por su casa empieza. Valiente (y otras cosas) la postura de nuestro presidente en la defensa de la soberanía mexicana, pero esta crisis del fentanilo puede ser una oportunidad para ampliar la colaboración entre los dos países en este y otros campos, que vaya que podemos aprender y crecer en muchas cosas con los vecinos del norte.

Escrito en: Estados, México, presidente, mexicanos

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