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Geoingeniería celestial

El cielo intervenido por la mano del ser humano

Geoingeniería celestial

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HÉCTOR ESPARZA

En la reciente década se intensificó la dispersión de aerosoles químicos por los cielos del mundo enrareciendo el ambiente. Algunas de las razones difundidas apuntan a la generación de nubes para provocar la lluvia o la formación de una capa reflejante de los rayos del sol para atenuar el incremento de la temperatura del planeta. Pero también hay quienes sostienen que únicamente se trata de condensación de los escapes de las aeronaves, una condensación muy particular por cierto.

En cualquiera de los primeros dos casos se trata de una experimentación de geoingeniería la cual, de acuerdo con la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales del gobierno federal mexicano, “no se llevará a cabo para proteger a las comunidades y a los entornos ambientales”. Esta prohibición en la práctica no ha tenido efecto en este país ya que es evidente la dispersión de aerosoles que se mantiene en el espacio y durante mucho tiempo, el suficiente como para descartar que solo se trata de la condensación de las estelas de los aviones.

El comunicado de prensa oficial publicado el 13 de enero de 2023 por la secretaría federal, confirma la afectación que acarrea la dispersión de las nubes químicas formadas constantemente por aviones. “Estudios demuestran impactos negativos por la liberación de estos aerosoles que ocasionan desequilibrios meteorológicos”, se lee en el boletín consultado en el Internet. En el mismo se afirma que existe una moratoria internacional vigente contra el despliegue de la geoingeniería. A pesar de esto, quien escribe registró nuevos vuelos durante la penúltima semana de enero de 2023 en los cielos de las ciudades de la región de la Comarca Lagunera de Coahuila y Durango.

Desde el 2010 existe la moratoria para suspender estas prácticas porque “representan una salida económicamente ventajosa para una minoría y riesgosa para la supuesta remediación del cambio climático”.

Las experimentaciones de geoingeniería están vigentes y se desconocen sus efectos. La posición oficial revela que quienes están llevando a cabo los vuelos y la dispersión de los aerosoles químicos a la atmósfera son grandes empresas que lo hacen “sin sustento científico”.

“Las prácticas de geoingeniería solar buscan contrarrestar los efectos del cambio climático, a través de la emisión de gases a la atmósfera como: dióxido de azufre, sulfato de aluminio entre otros”, confirmó la autoridad federal, la misma que insiste en los impactos negativos “y desiguales asociados con la liberación de estos aerosoles, que ocasionan desequilibrios meteorológicos como vientos y lluvias torrenciales, así como sequías en zonas del trópico; además de que generan impactos en el adelgazamiento de la capa de ozono del planeta”.

El posicionamiento es contradictorio, porque a pesar de que se cancelaron las experimentaciones de la empresa Make Sunsets en Baja California, México, la cual pretendía liberar dióxido de azufre a la atmósfera mediante el uso de globos aerostáticos, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador aseguró en abril de 2021 que a través del Ejército Mexicano se habrían bombardeado nubes para combatir un incendio de Nuevo León. Los casos aparentemente son diferentes, en el primero se utiliza dióxido de azufre y en el segundo yoduro de plata, aun así se trata de productos químicos de los que no se sabe con precisión su impacto al ambiente y a la salud.

Los sobrevuelos se mantienen arrojando al cielo inconmensurables cantidades de aerosoles químicos que por su permanencia hacen dudar que sólo sean condensaciones de los escapes aéreos.

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Escrito en: aerosoles, dispersión, químicos, trata

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