El costo de las impresiones ascendía a unos 400 millones de rupias. (ESPECIAL)
La distribución de papeletas para la votación por correo de las próximas elecciones locales en Sri Lanka fue pospuesta este martes debido a "razones inevitables", por la falta de liquidez para llevar adelante los gastos de las elecciones de la isla, en la peor crisis económica de su historia.
El Comisionado General de Elecciones, Saman Sri Ratnayake, informó de la suspensión indefinida de las papeletas electorales, a pesar de que el voto por correo debía tener lugar a finales de febrero, antes de la votación el próximo 9 de marzo.
La decisión de posponer la distribución de papeletas fue hecha después de que la imprenta nacional informara al órgano electoral que el costo de las impresiones ascendía a unos 400 millones de rupias, un millón de dólares aproximadamente.
“Como sabemos, la Comisión Electoral estaba lista para seguir adelante con esto ayer. Sin embargo, la imprenta del Gobierno ha informado que no podrán imprimir boletas hasta que la comisión pague 400 millones”, dijo a la prensa el miembro del Parlamento, Nalaka Godahewa, tras una reunión con las autoridades electorales.
Aunque estas debían ser unas elecciones locales de poco impacto a nivel nacional, el analista político Aruna Kutalunga explicó a EFE que la agitación política y social causada por la crisis económica del país ha convertido los comicios en "en una batalla de poder".
"Por lo tanto, han tomado una importancia mucho más allá de su comprensión", dijo.
Los partidos oficialistas ostentan la mayoría de los consejos locales, por lo que temen que una derrota aumente los problemas de gobernabilidad, mientras el Gobierno central intenta estabilizar la economía.
De acuerdo con el analista, la pregunta no es el costo de la elección en términos financieros, sino el costo de la elección en "costo financiero percibido", es decir si las elecciones causarán desestabilización.
La nación isleña atraviesa desde hace más de un año la peor crisis económica desde su independencia del Imperio británico en 1948. La caída de las reservas internacionales llevó al Gobierno a negociar un rescate con el FMI, que aún no ha sido aprobado pero que ha supuesto el ajuste de la Administración.