EDITORIAL

Amor y desamor

Yamil Darwich

Luego del llamado "Período Lupe Reyes", transformado en un método efectivo, muy bien orientado con la mercadotecnia para vender y hacernos gastar a todos los mexicanos nuestros insuficientes aguinaldos, arriba el dulzón "Día del Amor y la Amistad".

Apenas hubimos logrando una parcial recuperación económica, por el costo de Navidad y año nuevo, llega otro festejo, fecha señalada en que se entregarán regalos varios, -conforme a las posibilidades económicas de cada amoroso- soportando mayor desgaste en la economía de por sí deteriorada por la previa compra de los presentes decembrinos, reyes magos, alimentos y bebidas espirituosas, transformados en "imprescindibles" para disfrutar tales conmemoraciones.

Seguramente, usted ya se ha percatado de lo estratégico del calendario orientado para el consumo.

Pasado el 14 de febrero, llegará un período vacacional llamado "Semana Santa", que a últimas fechas se menciona como "Mayor" -término intencionalmente anti religioso- que requerirá nuevas inversiones, sea para descansar en casa o visitar algún destino turístico; también, según posibilidades económicas de cada cual, todos enfrentaremos nuevos atrevimientos presupuestarios.

El recuerdo del origen de tal conmemoración cristiana pocos lo tomamos en cuenta y tampoco atendemos las actividades religiosas.

Luego, una vez más enfrentaremos compras obligadas, porque celebraremos el día de las madres, debiendo cubrir "la necesidad" impuesta y desembolsar dinero. ¡Habremos de poner a trabajar extra a mamá!

Casi inmediatamente llegarán las fiestas de graduación -las ceremonias académicas será parte menor del festejo- y también buscaremos como darle otra "exprimida" al presupuesto familiar.

El resto del año sigue por el mismo camino; Usted puede repasarlo.

Como en todos los días señalados como memorables, el "De la Amor" tiene especial significado: novios, amigos, parejas en unión libre o matrimonio legal/religioso refrendan sentimientos y compromisos amorosos; pocos recordamos al conocido y/o familiar lejano tratado anteriormente, quien también hubo aportado amor en la relación humana.

Desde luego que hay que señalar los sentimientos amorosos hacia los demás y bueno que se haga con algún acto especial, hasta con regalitos, aunque sería mejor que encontráramos formas de refrendar el sentimiento positivo durante todo el año.

Existe una leyenda que habla del Emperador Claudio II, romano del siglo III d.C., quien observó que algunos casados oponían resistencia para enrolarse en las guerras que repetidamente declaraba; lo hacían por el temor de dejar desprotegida a la familia. Ordenó a los religiosos no casar a ninguno que pudiera ser llamado a filas.

Sin embargo, un sacerdote llamado Valentín, desobedeciendo el mandato del emperador, con doble intención casaba parejas oficiando particularmente el 15 de febrero, quebrantando así uno de los mitos romanos, cuando se festejaba a Lupercus, dios de la fertilidad.

Sin embargo, así como es un día en que muchos "destilamos dulce y miel", también es el tiempo en que algunos decepcionados, sintiendo desamor, profundizan en estados de ánimo depresivos, quizá únicamente entristecidos por el recuerdo de la pareja que perdieron, fuera por rompimiento o muerte. ¿Los animaría llamándoles?

Le invito a que pensemos en ellos, siendo amorosos el día 14 de febrero, sensibilizados ante el dolor psíquico que sienten; también -quizá mayormente-requieren un saludo afectuoso de nosotros y de sus cercanos. Seguramente les daremos alimento espiritual y energía emocional al apoyarlos en su desamor.

También le invito a que reflexionemos sobre el real significado de la palabra "amor", que ha sido reconocido como la mayor fuerza universal, que infunde fortaleza para pensar y realizar buenas acciones, renunciando a los sentimientos negativos hacia los demás, esos que alimentan los deseos o intentos de hacer daño.

Este "Día el amor y la Amistad", pudiera ser nuestra oportunidad para la reconciliación con las personas que hemos tenido diferencias de cualquier tipo; quizá, buscar el reencuentro con aquellos que hace tiempo no consideramos su existencia y que, en alguna etapa de nuestra vida, fueron camaradas, compañeros de escuela, trabajo o simples amigos.

Ese sería un gran regalo: ¡primero para nosotros!, luego para esos anteriormente tratados; además no representan gran gasto.

Es bueno pensar sobre el día del amor y la amistad orientándonos al pensamiento profundo: amar primero a la vida, luego los familiares próximos y después a los siguientes círculos sociales de relación y convivencia.

Ya en esos términos de calidad humana, tomar en cuenta los demás, los desconocidos con quienes frecuentemente cruzamos caminos sin considerarlos.

Amar representa responsabilidad - palabra transformada en negativa y fea- hacia nosotros mismos y reflexionar: ¿cuánto nos amamos realmente?

Recordemos aquel adagio de la psicología que dice: "nadie puede dar lo que no tiene"; consecuentemente, empecemos por amarnos, respetándonos nosotros mismos para tener amor y misericordia que ofrecerles a los demás.

Profundizando en el real festejo al amor, con libertad y responsabilidad, más allá de la simple sensación carnal y dulzona, le propongo reflexionemos sobre el significado y, conforme a ello, actuemos en concordancia.

¿Acepta?

[email protected]

Escrito en: amor, llamado, febrero,, hacia

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas