EDITORIAL

A la ciudadanía

Gerardo Jiménez González

En este momento los candidatos a gobernador de Coahuila están en la fase de precampañas, promoviéndose ante sus compañeros de partido y, si bien aún no presentan las propuestas que conforman su plataforma electoral para influir en los ciudadanos que votarán en la elección de junio próximo, desde este espacio les formulamos algunas preguntas sobre temas que están en la discusión pública, las cuales esperamos respondan cuando inicien sus campañas formales.

La agenda ambiental en Coahuila contiene varios temas pendientes, pero por motivos de espacio nos centraremos en dos de ellos que aun cuando son de competencia federal los gobernadores tienen una opinión propia y de alguna manera inciden en ellos. Nos referimos al fracking y el agua.

El fracking o fractura hidráulica sigue siendo un tema polémico. Las voces favorables a usar esta tecnología de extracción de gas o petróleo shale o de lutita del subsuelo, argumentan que es necesario aprovechar este hidrocarburo no convencional para disminuir la dependencia energética de EU, que México tiene reservas importantes por aprovechar, que detonará las economías locales, etc., negando los impactos ambientales y sociales negativos que implica. Basta ver al país vecino para ponerse las barbas a remojar

La demanda de agua que requiere realizar la factura de las rocas del subsuelo para liberar este hidrocarburo y el manejo de los volúmenes que regresan a la superficie contaminados con las substancias tóxicas utilizadas, son problemas no resueltos porque en la cuenca ubicada en la parte norte de Coahuila, donde se ubican estos yacimientos, no destacan por la abundancia de agua y presionarán los ríos y acuíferos existentes, y no se puede confiar en el manejo de agua residual que las empresas realizarán, aunado a que cualquier filtración de esas substancias contaminará los flujos subterráneos.

Estos y otros daños ambientales como las emisiones de gases, la fragmentación y destrucción de hábitat, la pérdida de biodiversidad y transformación del paisaje que provocarán, aunado a la visión errónea de continuar apostando a los combustibles fósiles que contribuyen al calentamiento global del planeta, son razones suficientes que no justifican recurrir a esta fuente de suministro de energía. Aunado a esto, no se consideran los impactos en la salud de quienes trabajen en los campos de fracking, como ya se ha observado en otros lugares, sin perder de vista que el crecimiento de las economías locales será efímero porque el periodo de vida de los pozos será relativamente corto.

Ojalá que antes de que termine su período, el Presidente de la República cumpla su compromiso de campaña de dejar legislada la prohibición del fracking en México y se promueva a una transición energética que apueste a las energías limpias, es una postura más inteligente y sostenible que seguir recurriendo a los combustibles fósiles. Algunos se preguntarán ¿Cual es papel de los gobernadores ante una práctica como la fractura hidráulica?

Lo es, porque si un gobernador asume la relación costo-beneficio, no solo económica, sino también social y ambiental, para no seguir con la tendencia neoliberal de promover el crecimiento económico a un alto costo en esos dos aspectos, que en si es desfavorable desde una concepción de desarrollo, sobre todo pensando en el desarrollo sostenible, de utilizar esta práctica en su estado, le define si se está sumando a los intereses económicos de pequeñas élites empresariales que tienen una visión extractivista de la naturaleza, cortoplacista e insostenible del desarrollo del estado que gobierna, o levante la vista y promueva otras opciones energéticas acordes con las tendencias y estándares internacionales que ofrezcan a los coahuilenses mejores opciones de trabajo y vida.

Quien aspire a gobernar Coahuila debe presentar a los ciudadanos que votarán en el proceso electoral, una agenda que trace un horizonte claro del desarrollo que promoverá si llega a gobernarla, cuando menos en su agenda electoral debe definir su postura en temas polémicos, propiciar que estos se discutan públicamente, que no se oculten y no quedarse callado en dado caso que la Federación promueva actividades destructivas como la fractura hidráulica.

Aunque no le corresponda regular dicha actividad, al discutirse temas polémicos como este, la discusión pública brindará a los ciudadanos que votaremos la información que requerimos para saber cuáles son las intenciones de los candidatos que aspiran a gobernar nuestra entidad, y que posteriormente se convertirán en políticas públicas. La moneda está en el aire y esperemos que los candidatos no evadan estos temas en sus campañas electorales que realizarán en los próximos meses.

Escrito en: temas, ciudadanos, promueva, agenda

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