EDITORIAL

Una foto instantánea de la poli crisis mundial

Jorge Álvarez Fuentes

Se habla cada vez más, insistentemente, que el mundo vive una crisis múltiple. ¿En qué consiste y cuáles serán sus repercusiones? ¿Es en efecto, este momento crítico del mundo, un auténtico cambio de época y no una época de numerosos cambios? Resulta innegable que vivimos tiempos de confusiones y definiciones. Hay muchas incertidumbres al observar lo que está ocurriendo de manera simultánea pero diferenciada: la innegable emergencia climática, varias guerras y tensiones geopolíticas entre Estados, además de conflictos internos con la participación de actores no estatales. Todo en medio de una grave recesión económica global y cuando existen serios obstáculos de información, planeación y ejecución respecto de las transiciones energética y tecnológica. Hay crisis dentro de crisis, como los desastres naturales se suceden uno tras otro o los trágicos sismos en Turquía y Siria. Hay malestar sobre la gobernanza global y estallidos sociales en varios países y regiones. Para comprenderlo mejor, pasemos revisita a algunos acontecimientos de la última semana, para capturar en una foto instantánea, el atroz estado del mundo.

El noreste de Estados Unidos y el este de Canadá registraron temperaturas polares, con descensos a niveles récord y condiciones muy adversas para la actividad humana, peligrosas para la salud. Es la segunda tormenta invernal en semanas, con afectaciones también en el sur y el oeste, que alcanzaron el norte de México. Otra muestra de los severos cambios climáticos regionales, como son también los devastadores incendios forestales en tres regiones del sur de Chile. Todo parece indicar que el objetivo de limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados ya no es plausible. Sabemos que se requiere la descarbonización de la economía, sin embargo, conseguir avances sustantivos está tomando demasiado tiempo. Estamos dejando pasar la oportunidad fijada en el Acuerdo de Paris al persistir el irrefrenable comportamiento humano y el compulsivo consumismo. La reconstrucción económica post COVID y la guerra rusa en Ucrania vinieron, por desgracia, a reforzar la dependencia de los combustibles fósiles. La mejor esperanza para conformar un futuro climático positivo radica en la probada capacidad humana para realizar cambios sociales y conductuales de fondo. Es aún más importante y urgente la mitigación, que la adaptación a los impactos negativos del cambio climático. Los compromisos para alcanzar la neutralidad del carbono deben acortase y ser mucho más ambiciosos.

La autorización alemana para transferir al gobierno ucraniano, desde varios países europeos, tanques de combate de última generación, enviar nuevos misiles y cohetes, junto con sistemas más sofisticados de defensa antiaérea, constituyen la antesala de un salto cualitativo en las operaciones de la guerra, con una previsible contraofensiva de Ucrania en la primavera. La masiva ayuda militar estadounidense y europea asciende a cientos de miles de millones de dólares, debiendo añadirse las cuantiosas pérdidas humanas y económicas por la invasión y las cantidades exorbitantes que implicará la reconstrucción del país, que Rusia deberá pagar. Para ello ya se piensa en disponer de los fondos rusos congelados en instituciones de la Unión Europea. Hace pocos días China desplegó 23 aviones de combate y 4 buques de guerra en el espacio aéreo y la zona de amortiguamiento del estrecho de Taiwán. Este conflicto podría dejar de ser una posibilidad remota y tornarse una realidad inminente si estallan las tensiones y provocaciones, o si prospera una estrategia escalonada por parte de China que comenzaría por un ciberataque masivo, bombardeos con misiles, un bloqueo naval y la ocupación de una o más de las islas contiguas en el Mar Meridional de China, antes de lanzar una invasión terrestre muy riesgosa. Asimismo, la recién detección y derribo de un globo chino estratosférico, con presuntos fines de espionaje y no meteorológicos, científicos y de telecomunicaciones, tras recorrer partes del espacio aéreo estadounidense han provocado la posposición de una importante visita del Secretario de Estado estadounidense a Pekín, preparada con antelación, destinada a dialogar y alcanzar gradualmente una distensión en el contexto de la guerra comercial y tecnológica que sostienen.

La reciente escalada en el conflicto central en el Medio Oriente ha reducido drásticamente el horizonte de esperanza para los palestinos. Aun teniendo la razón y el derecho internacional de su lado, deberán seguir insistiendo y convenciendo que sin una verdadera y efectiva presión por parte de la comunidad internacional, sin medidas disuasivas y exigencias reales para rendir cuentas, Israel mantendrá las operaciones unilaterales punitivas, haciendo uso excesivo de la fuerza, para convertir el statu quo, de la ocupación permanente de los territorios palestinos, del combate frontal a las facciones extremistas y la expansión de los asentamientos de colonos, la coartada perfecta para que el mundo deje de "obsesionarse con la paz" y se resigne a una confrontación perpetua, la segregación y episodios de guerra intermitentes. Esa misma paz por la que clamó el Papa Francisco en sus recientísimas visitas a la República Democrática del Congo y a Sudán del Sur, buscando desbloquear los acuerdos en ambas naciones africanas, atrapadas en cruentos conflictos civiles y raciales internos.

Mientras Francia vive las mayores protestas populares en décadas, en contra de una reforma abusiva de pensiones, Perú sigue convulsionado por las movilizaciones en contra de todos los poderes. En muchas ciudades de América Latina y el Caribe, las crisis de violencia y pobreza continúan ocultando el que la mayoría de la población no tiene acceso a los servicios de agua potable y saneamiento, manejados en forma segura y sustentable.

@JAlvarezFuentes

Escrito en: crisis, guerra, combate, global

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