EDITORIAL

Gracias Francisco

Enrique Irazoqui

Que interesante ha resultado la lección para creyentes, agnósticos y ateos: cristianos, no cristianos; católicos y no católicos; para todos, que el Papa Francisco nos ha dado respecto a la postura humana que se debe tener en este caso para la condición homosexual.

En una entrevista que el sumo pontífice concedió a la Associated Press (Prensa Asociada, agencia internacional de noticias) Jorge Mario Bergoglio contestó con claridad ante la pregunta expresa sobre su postura ante las personas homosexuales.

Sin cortapisas, el máximo jerarca de la Iglesia Católica puntualizó. La homosexualidad no es un delito, así de claro. Cierto que se considera un pecado, que es distinto a una conducta delictiva, pero además de ello, aun concediendo que esta condición fuese pecaminosa, la misma que menor ante el pecado de falta de caridad para aquellos que no tengan capacidad de aceptar la homosexualidad como una simple condición humana, como hay tantas.

Por ello se debe celebrar lo manifestado por el Papa, Con su posición da punto final una discusión estéril, destructiva en la mayoría de las ocasiones sobre la posición que debe de asumirse en un mundo donde el respeto a los derechos humanos debería ser la premisa fundamental para una justa convivencia entre seres humanos.

Por un lado, entonces, guía aquellos que dicen observar o creer en la doctrina cristiana, que todavía en la postura más rancia o tradicionalista en la interpretación en la fe de Cristo, que claramente postula el rechazo a aquellas conductas distintas a la llana heterosexualidad, los obliga a que, por principio de caridad, a respetarlos y hasta acercarlos como a todos a la comunidad de Dios.

Asimismo, Su Santidad también lo dijo con claridad. La homosexualidad no es un delito, por lo que no puede ser sancionada por las leyes penales de los estados.

Al decir esto, S.S. fija postura. No puede ser aceptada por ninguna razón discriminación alguna por la conducta sexual que cada individuo asuma sobre su propia persona. Con ello deja claro que posiciones como las que persisten en el mundo árabe, como en el caso reciente el mundo entero pudo dar cuenta con el mundial de futbol celebrado apenas entre los meses de noviembre y diciembre del año pasado en Qatar.

Pero, así como los árabes condenan hasta con penas corpóreas a la persona que observan conductas homosexuales. Así lo hace también la Rusia que ahora desde su invasión demuestra más que nunca que es de un solo hombre: Vladimir Putín.

Así entonces por la razón, o si se quiere por elemental moralidad en el mundo occidental, se debe ya dejar atrás estar peleando por estupideces como si ser homosexual es motivo de división. Así como por fortuna se ha dejado en el pasado las vergonzosas conductas discriminatorias como el racismo por color de piel o peor aún, por género, Francisco ha zanjado en el discurso al menos, este resabio de la sociedad humana.

Pero el mensaje del jerarca da para más. Es un llamado para respetarnos en todos los ámbitos. Como personas individuales, como familias o clanes, como comunidad regionales, nacionales o continentales. Como humanos.

El Papa en este caso, ha indicado el camino: hay que respetar el ámbito individual de cada persona si éste no invade el ámbito de un tercero. No dice S.S. que se tiene que dar caridad, eso es obligación para los que se ostentan como miembros de su grey, para los demás, sencillamente que no se puede castigar.

La lección es tolerancia y respeto, Ojalá y todos podamos partir de eso en este mundo que parece nunca aprenderá de su cruenta y muchas veces, abominable. Gracias Francisco.

Escrito en: mundo, debe, conductas, homosexualidad

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