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Gasolineras en Italia desatan segunda jornada de huelga

En ciudades como Nápoles apenas el 30 % de los surtidores estaban cerrados

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EFE

Las gasolineras italianas desconvocaron la segunda jornada de huelga, prevista inicialmente para mañana, jueves, después de una reunión entre los técnicos del Ministerio de Empresas y los sindicatos, que, sin embargo, destacaron que existen "muchos puntos críticos" con el Gobierno y que "la decisión se ha tomado en beneficio de los ciudadanos".

El paro había sido convocado por los sindicatos FAIB, Fegica y Figisc/Anisa, aunque el primero ya lo había reducido a una jornada de las dos iniciales tras la reunión mantenida este martes con el ministro de Empresa y "Made in Italy", Adolfo Urso, por lo que tras los surtidores volverán abrir hoy a las 19:00 horas locales (18:00 GMT).

"Aún, reconociendo que hemos podido dialogar de forma constructiva con el Ministerio, que se ha esforzado por convertirse en un interlocutor proactivo, la reunión ha confirmado la persistencia de numerosos puntos críticos", indicaron Fegixa y Figisic/Anisa en un comunicado.

Ambas organizaciones destacaron que "las propuestas de enmienda presentadas por el Gobierno a su propio decreto no eliminan la intención manifiesta de identificar a las gasolineras como destinatarias de obligaciones confusas, contraproducentes y claramente acusatorias".

"Es por tanto a los ciudadanos, a quienes se dirigen las gasolineras, desde luego no al Gobierno, al desconvocar la segunda jornada de huelga ya proclamada, eliminando cualquier posible inconveniente adicional, en este punto completamente innecesario", añadieron.

El ministro Urso se había mostrado convencido de que el encuentro con los técnicos desbloquearía la situación: "El Gobierno trabaja continuamente para lograr una reorganización global del sector porque realmente lo necesita".

El Ejecutivo de la ultraderechista Giorgia Meloni, que afronta su primera protesta en las calles, no logró este martes evitar el paro tras una reunión de última hora con Urso, pero dividió a los sindicatos y la FAIB, que apreció "las aperturas" del Ejecutivo, redujo el paro.

La huelga llegó tras un repentino encarecimiento de la gasolina y del gasóleo con el año nuevo que el Gobierno atribuyó a "la especulación" y el sector al aumento de los impuestos especiales presentes en el combustible.

El Gobierno de Meloni aprobó en la noche del pasado 10 de enero algunas disposiciones para frenar esta situación sin recortar los mencionados impuestos, entre ellas la que obliga a los distribuidores de todo el país a mostrar junto al cartel de los precios de la gasolina y del gasóleo otro letrero con la cuantía de la media nacional.

El seguimiento de la huelga ha sido irregular: mientras los sindicatos estimaban la participación entre un 80 % y un 90 % en las gasolineras de la red de carretas, en áreas metropolitanas como Roma los conductores no encontraron dificultad para llenar sus depósitos.

"Nadie aquí está siguiendo el paro", respondió a EFE el trabajador de una estación ubicada en el céntrico barrio Prati de Roma, a unos minutos del Vaticano.

En esa misma estación Luca, un cliente que "no tuvo problemas" para encontrar una gasolinera abierta, aseguró que la única razón para la huelga era la obligación de publicar el coste medio del carburante junto al precio específico de la estación, una medida que consideraba "justa" para el consumidor.

En ciudades como Nápoles apenas el 30 % de los surtidores estaban cerrados, según la prensa local, mientras que los servicios mínimos exigían que permaneciera abierta una estación cada 100 km de autopista.

Escrito en: Gobierno, huelga, reunión, jornada

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