EDITORIAL

Sin humo en el Capitolio

Julio Vaqueiro

Julio César tiene estudiantes secretos en Washington D.C. Es solo una sospecha, pero, después de ver el carnaval de esta semana en la Cámara de Representantes, podría pensarse que la conjetura es cierta.

Hace más de 2060 años, cuando el militar romano gobernó el imperio más grande que el mundo jamás había visto, recurrió a una máxima latina esencial en las esferas del poder: "divide et impera". Hoy, la fractura dentro del Partido Republicano parece dibujada por el propio Julio César. El partido de la mayoría fue incapaz de nombrar a un líder en la primera votación del nuevo Congreso. Eso no sucedía desde 1923. Ahora, en el arranque de 2023, un pequeño grupo de congresistas de ultraderecha, 20 en total, todos simpatizantes del expresidente Trump, hizo sentir sus desacuerdos, votó en contra del resto del partido y boicoteó los planes del liderazgo. No una, ni dos, ni tres veces. 11 rondas de votaciones en total hasta el momento en que se escriben estas líneas, y el republicano Kevin McCarthy no ha conseguido los votos suficientes para hacerse con la Presidencia de la Cámara de Representantes.

Todo esto recuerda a un cónclave papal, solo que no hay humo que salga del Capitolio (aunque la casa esté en llamas). Un ritual de negociación política con siglos de antigüedad. Una batalla descarnada por el poder y la humillación pública, de las que Washington tanto disfruta. Así comienza el nuevo año en Estados Unidos.

La saga va más allá del espectáculo político. Sin un Speaker, o presidente, en la Cámara de Representantes, los nuevos congresistas no pueden juramentar, los comités no pueden comenzar a operar y en el pleno es imposible legislar. En esencia, los estadounidenses no están representados en este momento.

"El partido republicano está jugando con fuego," nos dijo María Elvira Salazar, republicana del estado de Florida, en una entrevista para Noticias Telemundo. En los pasillos del Congreso había un aire de intriga y frustración.

Afuera el invierno ha sido más amable en estos días. En las escalinatas del Capitolio, esa imponente cúpula de piedra en el centro de todo, nos encontramos con el congresista Chip Roy, de Texas. Él es uno de los 20 que se resisten a ceder: "Lo hacemos por el bien del país," aseguró apasionado. "Tenemos que limpiar el pantano en esta ciudad".

Después de las elecciones de medio término en noviembre de 2022, de un lado de la Avenida Pensilvania, los republicanos tienen el control de la Cámara de Representantes y los demócratas mantienen el dominio del Senado; del otro lado, en la Casa Blanca habita un presidente demócrata. El gobierno está dividido.

Algunos anticipan que el desacuerdo histórico de esta semana será solo el principio de un periodo de estancamiento en Washington D.C. Es verdad: nada alentador para el inicio de un nuevo año.

Quisiera haber escrito sobre otra cosa que no fuera Julio César, la política y sus puestas en escena, pero por ahora un texto sobre los propósitos de 2023 tendrá que esperar. ¿Qué le hacemos? Así arranca la vuelta al sol por este lado del río, y así comienza también esta columna.

Escrito en: Cámara, Julio, Washington, nuevo

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