Rechazan descuido en Jimulco
Fundación Jimulco rechaza abandono en la reserva ecológica municipal de la Sierra y Cañón de Jimulco. Por el contrario, señala que precisamente en los incendios forestales, la cacería furtiva, las plagas y el combate a las especies invasoras son los temas en los que más se ha trabajado.
En respuesta a los señalamientos hechos por la Sociedad de Producción Rural Ximulcux, Manuel Rodríguez Muñoz, jefe de programas de inversión, monitoreo, inspección y vigilancia en la Fundación Jimulco, presentó la documentación y evidencia fotográfica de cada una de las actividades que han llevado a cabo en la reserva, como la conformación y capacitación de la brigada contra incendios, que opera desde hace 6 años y este año ha atendido cuatro incendios grandes y 5 conatos, además de la construcción de brechas cortafuego.
Señaló que también opera adecuadamente el comité de vigilancia comunitario, que ha sido certificado y capacitado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y realiza recorridos de vigilancia para detectar posibles trampas o indicios de cacería furtiva, que se ha reducido al mínimo en este año, además de que se previene la tala de mezquites y apoyan en el manejo de especies invasoras.
Informó que el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha capacitado a los pobladores de la reserva ecológica en el combate a plagas en las montañas de pinos, por lo que los recorridos que se han realizado han arrojado resultados positivos, en cuanto a que no se ha detectado ningún daño. Además, hay una brigada de sanidad forestal por parte de la Comisión Nacional Forestal (Conafor) que trabaja directamente en los bosques de pino y mezquites.
En el combate a especies invasoras, explicó que el año pasado se detectó el árbol pino salado, que afecta el ecosistema ripario, pues cambia la composición del agua, altera el PH y su salinidad, pues tiende a tirar mucha materia orgánica, además de que es una planta invasora que desplaza a otras especies nativas , gran absorbente de agua y las aves no suelen anidar aquí, por lo que se trabaja en la remoción de individuos jóvenes mediante control manual, por el comité de vigilancia.
En una segunda etapa, de control químico, se aplica herbicida para que seque el árbol sin mayor repercusión en el ecosistema. Señaló que se han atendido 6 hectáreas de individuos adultos y 20 juveniles, además de que se mantiene un monitoreo y diagnóstico en los 25 kilómetros que abarca el río, desde Barreal de Guadalupe hasta la presa de La Flor.