EDITORIAL

A ver de qué está hecho

Enrique Irazoqui Morales

El día de ayer apareció una información en El Siglo de la periodista Penélope Cueto, donde daba cuenta algo que era conocido a golpe de hechos por la comunidad de la Universidad Autónoma de Coahuila: una recurrente insolvencia

El Análisis de los Informes de Avance de Gestión Financiera (IAGF) del cuarto trimestre de 2023, emitido por la Auditoría Superior del Estado (ASE) dio cuenta de la pobre situación financiera de la Universidad Autónoma de Coahuila (UA de C), que enfrenta un déficit presupuestario superior a los 200 millones de pesos en su tesorería y problemas de liquidez persistentes.

De acuerdo a la información proporcionada por Cueto, la UAdeC terminó el año con un balance negativo de 230 millones 863 mil pesos. Esta cifra muestra un incremento respecto al año anterior, cuando el faltante fue de 217 millones 774 mil 860 de pesos.

El reporte señala que durante el 2023 la institución educativa erogó el 89 por ciento de su presupuesto al pago de nóminas, y si bien disminuyó dos puntos porcentuales respecto con el 2022, los montos nominales aún son altos al sumar más de 3 mil 143 millones de pesos en el último año y 2 mil 923 millones respectivamente. Es motivo también de alarma la falta de activos circulantes, que dejó a la institución sin la capacidad de cubrir sus compromisos financieros a corto plazo desde hace dos años. Esta carencia de liquidez es un indicador gravísimo de la salud financiera de la UAdeC, que de no contar con el respaldo del Gobierno del Estado, estaría al borde de la quiebra.

El novel rector, Octavio Pimentel Martínez, ofreció su visión sobre la situación financiera y explicó que las diferencias en las cifras presupuestarias se deben a que las asignaciones recibidas históricamente no se ajustaban a lo autorizado, lo que resulta en un aparente déficit que refleja más una discrepancia contable que una falta de fondos.

La administración universitaria inició un programa de austeridad, que incluye la reducción de salarios a los funcionarios de alto nivel y la intención de diversificar las fuentes de ingresos a través de la expansión de su cartera de servicios hacia el sector privado.

El documento de la ASE da cuenta de las nueve entidades autónomas del gobierno del estado de Coahuila que son: la Comisión de Arbitraje Médico, Comisión de Derechos Humanos, Fiscalía Gral. del Estado, el Instituto Coahuilense de Acceso a la Información (ICAI), el Instituto Electoral de Coahuila (IEC), la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción, el Tribunal de Justicia Administrativa, el Tribunal Electoral de Coahuila y la Universidad Autónoma de Coahuila. El organismo que menos presupuesto destinó al pago de nómina fue el IEC, con el 24 por ciento y los que más recursos erogaron en este concepto fueron el Instituto de Acceso a la Información (ICAI), con el 84 por ciento y la UAdeC, con el 89 por ciento.

Delicada y relevante toda esta información en donde con todas las letras se dice lo que era en los hechos sabidos desde hace años. En la Universidad Autónoma de Coahuila se ha tenido comprometido el gasto a niveles asfixiantes. El tamaño de la entidad educativa es tal dimensión que cuenta con un presupuesto semejante al del ayuntamiento de Torreón, Simas incluido, lo que de suyo la convierte en un apetitoso botín. Tan es así, que dentro de las paredes de la UA de C existen grupos políticos y de control enquistados allí mismo, con una vida independiente de las fuerzas políticas del estado en general.

Estas condiciones y su naturaleza pública, paulatinamente permitió ante al menos al anuencia de los rectores próximos pasados, el estrangulamiento del presupuesto y la tesorería misma de la UA de C, que gasta casi 9 de cada 10 pesos que recibe en nómina.

El exgobernador Miguel Riquelme rompió el control que por décadas ostentaban un grupo impulsando a Salvador Hernández Vélez, que poco hizo respecto a corregir las finanzas.

El gobernador Manolo Jiménez Salinas demostró mano de mando y colocó al actual mandamás Octavio Pimentel, quien por ahora tiene un bono de credibilidad que le da la oportunidad de corregir el fango que hunde la tesorería universitaria.

El paso de los meses dirá de qué está hecho el rector Pimentel, si tendrá la capacidad y compromiso por enmendar el problema que ahora ahoga la UA de C y en su caso, si el gobernador acertó en su decisión de colocarlo al frente de la máxima casa de estudios coahuilense.

Escrito en: Adal Ramones FAMOSOS millones, Coahuila, presupuesto, cuenta

Noticias relacionadas

EL SIGLO RECIENTES

+ Más leídas de EDITORIAL

TE PUEDE INTERESAR

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas