Lenta, justicia para Marco Tulio

Pese a que hace un año fue abierto un proceso en contra de un elemento de la Fiscalía General del Estado de Coahuila (FGEC) por el homicidio de Marco Tulio, un migrante asesinado en la ciudad de Saltillo, todavía es fecha que este no concluye; además, las víctimas indirectas no han recibido alguna reparación de daños.

HISTORIA

Fue la noche del 31 de julio del año 2019 cuando ocurrieron los hechos. Marco Tulio, originario de Honduras, fue asesinado de un disparo de arma de fuego por un elemento de la FGEC. Hasta la fecha el caso no va ni a la mitad del proceso y las audiencias se mantienen en espera.

El fiscal de Coahuila, Gerardo Márquez, manifestó que el atraso del caso se debe a la investigación complementaria y a la contingencia sanitaria generada por la pandemia de COVID-19. Márquez informó que será en este mes de agosto cuando se reactiven los plazos y con ello la audiencia intermedia.

"Hay que recordar que se suspendieron los plazos jurídicos por la contingencia y se reanudarán en agosto, por lo que se espera que sea en la audiencia intermedia donde se desahoguen los medios de prueba por parte del Ministerio Público y los que pueda tener la defensa", dijo.

POLICÍAS PODRÍAN SEGUIR EL PROCESO EN LIBERTAD

En relación al resto de los elementos que habrían tenido algún grado de participación en los hechos, la FGEC informó que la indagación contra ellos aún no ha concluido; no obstante, de resultar involucrados, sus procesos se llevarían en libertad.

Se explicó que estos agentes se encuentran suspendidos y recibirán el 30 por ciento de su sueldo hasta que se determinen las responsabilidades.

Actualmente se investiga a entre cuatro y cinco elementos por negligencia, falta de previsión, falta cuidado en la escena del crimen y por la persecución de los objetivos, por lo que el delito podría ser alteración en la escena de los hechos.

El fiscal destacó que por ser delitos de menor gravedad, según el Código Nacional de Procedimientos Penales, los implicados podrían alcanzar sus procesos en libertad.

Por otra parte, la atención psicológica que se brindó a las víctimas indirectas, es decir, la familia de Marco Tulio, se encuentra suspendida debido a la contingencia sanitaria.

REPARACIÓN DE DAÑOS

Aún cuando el pasado 8 de junio la Comisión de Derechos Humanos de Coahuila (CDHEC) aseguró que el decreto para el pago de reparación de daños estaría listo en los próximos días, todavía es fecha que este sigue sin concluir.

Fue el pasado 10 de diciembre del 2019 cuando se emitió un informe de recomendaciones a la FGEC donde se dio a conocer el pago de la reparación de daños.

La CDHEC informó que el decreto va firmado por varias dependencias y se encuentra en proceso de firma para su publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

Será hasta entonces que la FGEC podría realizar el pago de la indemnización, la cual fue determinada con base en la reciente Ley de Uso de la Fuerza y consiste en tres millones de pesos.

A PROCESO

Fue el pasado mes de agosto del 2019 que Juan Carlos "NN" de 23 años de edad y elemento del Grupo de Operaciones Especiales (GOE), fue vinculado a proceso en el Centro Penal de Justicia de Saltillo por el homicidio calificado con ventaja de Marco Tulio, bajo la causa penal 1518/2019.

En la audiencia fue revelado que cuando ocurrieron los hechos, Juan Carlos y cinco elementos más manipularon la escena del crimen para culpar a la víctima.

Tras el desarrollo de la audiencia también se dio a conocer que varios elementos arribaron al lugar donde se encontraba Marco descansando con varios migrantes más a la altura de la colonia San Miguel, cerca de las vías del tren de la ciudad de Saltillo.

Los agentes iniciaron una persecución contra cuatro de los migrantes y accionaron sus armas de fuego.

Entre estos migrantes se encontraba Marco Tulio y su hija de ocho años de edad. Cuando el hoy occiso intentaba escapar, fue herido de bala por uno de los agentes, su hija salió ilesa.

Momentos después Marco Tulio falleció tras sufrir un shock hipovolémico, pues la bala entró por su glúteo izquierdo.

El casquillo correspondió a un arma larga AR 15 calibre .223, la cual coincidió con el arma de Juan Carlos.

El hondureño solo logró suspirar dos ocasiones antes de fallecer, dejando desprotegida a su familia integrada por su esposa y tres hijos.