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Tyson Fury, campeón que se levantó de los excesos

Tras sufrir una gran depresión en 2015, ahora es monarca

Tyson Fury, campeón que se levantó de los excesos

Tyson Fury, campeón que se levantó de los excesos

AGUSTÍN PÉREZ

Tras pisar fondo luego de su sorpresiva victoria ante Vladimir Klitschko en 2015, Tyson Fury es ahora monarca mundial de los pesos pesados del Consejo Mundial de Boxeo.

El boxeador inglés manifestó hace años que tuvo pensamientos suicidas tras vencer en 2015 a Klitschko, también dijo que se dedicó a consumir cocaína y beber alcohol de lunes a domingo en aquellos días, debido al trato que le dieron en el mundo del boxeo.

Perdió sus cinturones al no querer, ni poder volver a pelear con el ucraniano, y se ausentó del boxeo dos años y medio, hasta que decidió regresar en 2018, obteniendo victorias ante Sefer Seferi y Francesco Pianeta, para luego enfrentarse a Wilder, en una gran pelea que terminó en empate. Disputó dos combates más, hasta la batalla del sábado, donde dominó a Wilder para obtener el título.

CAMPEÓN DIFERENTE

El mundo jamás ha conocido a un campeón de los pesados como Fury, quien celebró su victoria del sábado dirigiendo a sus seguidores mientras coreaban la canción "American Pie" en el hotel MGM Grand.

30

VICTORIAS

cero derrotas y un empate

es la marca de Tyson Fury

como profesional.

Fury puede pelear, cantar y hablar. Sobre todo, esto último.

Antes de la pelea, Fury había hablado sin cesar acerca de la forma en que se transformó de un boxeador técnico en un poderoso golpeador, para despojar a Deontay Wilder del cinturón. Tras el combate, Fury contó cómo lo había logrado y afirmó que mejorará en lo que resta de su carrera.

"No está mal para un tipo que no tiene pegada", dijo Fury, de 2,05 metros, luego de ser coronado. "Yo soñaba venir a Las Vegas y ganar. Y aquí estoy".

Fury dominó ampliamente el combate del sábado y le propinó a Wilder la primera derrota en su carrera. El pleito fue tan desigual que la esquina de Wilder terminó arrojando la toalla a los 1:39 minutos del séptimo asalto.

En teoría, la narrativa del combate debió ser otra. Fury no debió haber vapuleado a un campeón invicto tan temible que había logrado 41 nocauts en 43 peleas.

Y menos tras todos sus problemas de adicciones, pero ahora, el púgil es campeón nuevamente, cinco años después de conquistar el cetro por primera ocasión.

Y, sin importar lo que diga su compatriota británico Anthony Joshua, Fury debe ser considerado por todos el mejor pesado del mundo.

"Todos saben que soy un maestro del boxeo", se jactó Fury. "Pero eso no funcionó la última vez. Empaté y, para mí, un empate es una derrota. La única forma en que podía garantizar un triunfo era mediante el nocaut".

GRAN ESPECTÁCULO

Contra Wilder, muchos consideraron que Bluff estaba solo alardeando cuando dijo que atacaría a Wilder desde el campanazo inicial de la revancha de la contienda que sostuvieron hace 14 meses.

Brindó un espectáculo casi teatral. Subió al cuadrilátero con una corona y cargado en andas, sentado en su trono.

En el ring, el show continuó. Wilder visitó la lona en el tercer episodio, impactado por un derechazo a la cabeza. En el quinto acto, cayó de nuevo, tras recibir un puñetazo en el cuerpo.

Para el momento en que la esquina lanzó la toalla, el resultado ya estaba decidido de cualquier modo. Wilder había recibido duro castigo a la cabeza sin conectar sus puñetazos.

Y luego vino el canto. Fury no quería que se terminara la función, que le redituó entre 30 y 40 millones de dólares.

"¿No se divirtieron?", preguntó Fury. "Completé ya mi colección, he ganado todos los cinturones del boxeo".

Escrito en: Wilder, Fury, campeón, luego

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